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El compromiso de las empresas con los colectivos vulnerables

01 de febrero de 2021

En contra de lo que reza la frase hecha que sostiene que la enfermedad iguala a los seres vivos, la pandemia no ha afectado a todo el mundo por igual. La Covid-19 ha aumentado las desigualdades y los riesgos a los que se enfrentan los colectivos vulnerables. Así lo pone de manifiesto el informe El papel de la empresa en el bienestar social, elaborado por Caser y Fundación SERES.

La cohesión social, las brechas digitales, la fragmentación geopolítica y la desilusión de los jóvenes son solo algunos de los riesgos a los que, según enumeró el presidente de Fundación SERES, Francisco Román, se enfrenta la sociedad tras la crisis: «Esto es una visión macro que todos podemos compartir, pero lo que realmente ocurre es que aumenta el sufrimiento de las personas y colectivos vulnerables

La pandemia ha puesto encima de la mesa dos retos fundamentales para la sociedad y la empresa: retomar la actividad económica y hacerlo sin dejar a nadie atrás. En esta línea, las empresas, en tanto son agentes de cambio, deben promover su propia transformación para que, a la vez que crece su valor económico, aumente su impacto positivo en la sociedad. Profundizando en este campo, el informe buscar conocer los principales retos qué abordan las políticas publicas en materia de bienestar social, cómo están trabajando las empresas frente a cada uno de esos retos y las oportunidades que existen para incrementar los resultados a partir de la implementación de estrategias de RSE.

Como os adelantábamos, la pandemia ha agravado aun mas la vulnerabilidad de algunos colectivos, llevándolos a situaciones dramáticas a nivel económico y psicológico. En este campo, la formación y el empleo son vitales para que no lleguen a la pobreza y a la exclusión. Por eso cada vez son mas las empresas que apoyan programas destinados a la integración laboral.

De las 119 empresas que SERES analizó, 87 van a contribuir con sus iniciativas a la política de Bienestar Social y van a dedicar recursos de iniciativas en sus Memorias de RSE a los colectivos en riesgo de exclusión. Por lo tanto, no cabe duda de que las organizaciones se están esforzando por ser parte de la solución, navegando en una concesión entre el progreso social y económico que suma el valor social y empresarial. Es necesario resolver los problemas sociales pensando en los colectivos mas vulnerables y consiguiendo un impacto positivo en la cuenta de resultados.

Tras la pandemia, nos dirigimos hacia un nuevo entorno con nuevas oportunidades de innovar, mejorar y trabajar para impactar de una manera positiva en la sociedad. Es imprescindible poner en el centro a las personas y hacer una apuesta enorme por la innovación. Surgiendo de una necesidad demográfica, por ejemplo, es clave innovar en la manera de involucrar en la sociedad a las personas jubiladas, o en la forma de atender a las personas que necesitan ayuda en su domicilio o en las residencias.

El impacto de las desigualdades acrecentadas por Covid-19 es mucho mayor y supone una perdida en salud en los colectivos de mayor y menor edad. Respecto a los niños, la pandemia ha impactado en el nivel de pobreza infantil; ahora deben tenerse en cuenta también  las medidas que va a tomar el Gobierno en este asunto potenciando la educación virtual, sin olvidarse de la presencial.

En definitiva, las empresas ahora mas que nunca, ejercen un papel activo, en el que buscan implicarse e implicar a todos los grupos de interés en la labor social que realizan junto a las entidades con las que colaboran como partners y co-creadores. Estas alianzas y sinergias se traducen en un resultado: impacto social positivo.