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closeEl informe The Need for Agility and Decisiveness. Insights from Asset Management CEOs, de la consultora KPMG, recoge la visión y perspectivas del sector de gestión de activos a partir de las respuestas obtenidas entre los CEO de las principales firmas del ramo.
El entorno con el que tienen que lidiar los máximos responsables de este ámbito es complicado y volátil, pero la industria de gestión de activos es optimista sobre su propio crecimiento. Pese a ello, son conscientes de que necesitan adaptar sus negocios a las nuevas expectativas y valores de los clientes, poniendo el foco en nuevos productos, nuevos canales de distribución, los riesgos ambientales y el cambio tecnológico transformador.
Los directores ejecutivos de gestión de activos consultados por KPMG expresaron poca confianza en la evolución de la economía global (54 %) en los próximos tres años, por debajo de la media global (62 %). De hecho, es la segunda industria más pesimista de las 11 incluidas en el 2019 Global CEO Outloook, solo por detrás del sector manufacturero. Pese a esta actitud negativa, los CEO son altamente optimistas (93 %) en el crecimiento de sus empresas individuales.
Destaca también el dato de que un 63 % de los CEO consultados observen los mercados emergentes como una prioridad geográfica estratégica para los próximos tres años y que más de un 50 % se fijen como objetivo prioritario geografías que forman parte de la «Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda» (en inglés, «China Belt and Road Initiative»).
Desde un punto de vista estratégico, las principales amenazas identificadas en el estudio y que deben gestionar los CEO de la industria de gestión de activos son principalmente tres: el proteccionismo, el riesgo de cambio climático y medioambiental y el impacto en el negocio de las tecnologías disruptivas. En concreto, el 68 % de los directores generales coincide en señalar que el crecimiento de su organización estará determinado por su capacidad para anticipar y navegar el cambio global hacia una economía de tecnología de bajo consumo de carbono. Más de la mitad de los encuestados (53 %) señala que las empresas han de mirar más allá del «crecimiento puramente financiero» para lograr un crecimiento sostenible y a largo plazo.
¿Qué hacer ante esta situación?
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Renovarse constantemente para adaptarse a las necesidades cambiantes y a las nuevas exigencias de sus clientes; para ello, es necesario conocer los perfiles de los grupos de interés, así como aplicar la inteligencia contextual para interpretar correctamente estos deseos.
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Crear y proponer a los clientes productos que incorporen criterios de sostenibilidad, protección medioambiental e impacto socioeconómico. Esto debe ser parte de una estrategia de sostenibilidad que vaya totalmente unida a la estrategia general de la propia compañía.
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Adoptar una visión a largo plazo para afrontar los desafíos derivados de los riesgos geopolíticos y el incierto panorama comercial.
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Apostar por una mayor inversión en tecnología y recursos humanos. La formación constante e integración de nuevos perfiles enriquecerán los resultados financieros de la empresa, así como su capital humano.
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Hacer de la inversión socialmente responsable una linea estratégica clave en la organización. Como señala la carta anual de Larry Fink, la inversión socialmente responsable debe ser una consideración clave en la toma de decisiones estratégicas de las empresas.
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Apostar por un enfoque nuevo para continuar siendo competitivas. Focalizarse en aspectos como el conocimiento del cliente, la construcción de una relación basada en el largo plazo, claridad en la comunicación o un enfoque de alianzas con el cliente serviría para mejorar la experiencia de cliente del inversor.
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Invertir en la seguridad en el entorno digital de todos los empleados, tanto de los directivos, como de sus trabajadores, ya que todos ellos cuentan con información sensible que debe ser protegida.
RETOS Y OPORTUNIDADES
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Los activos intangibles tienen cada año más peso en la cuenta final de las organizaciones. La apuesta por la marca, la sostenibilidad o la reputación es vital para sobrevivir en un entorno en constante cambio.
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Operar en un entorno electrónico global supone una gran oportunidad de negocio para las organizaciones ya que, en la apuesta por la innovación, la creatividad y la experiencia de usuario, la organización puede diferenciarse claramente del resto de compañías. Ser ágiles y responder de manera inmediata a los cambios sumará puntos.
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Seguir siendo rentables y dar respuesta a la exigencia de la ciudadanía para que las inversiones sean manejadas de forma responsable y sostenible, y así tener mayor impacto a futuro.
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La captación y retención de talento supone un reto vital para las organizaciones que quieran estar a la vanguardia.
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La inversión en sistemas que mejoren la eficacia operacional supone una apuesta, pero también una oportunidad, que permite a las organizaciones respetar la creciente presión regulatoria, que vela cada día más por la protección del cliente.
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La mejora e innovación en materia de experiencia del cliente se presenta como un reto y una oportunidad para las empresas que quieran destacar entre el resto.
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