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closeViernes de Lectura: II Corporate Transparency Summit
30 de junio de 2017
La lectura que os traemos hoy tiene mucho que ver con la reputación corporativa y, en concreto, con la transparencia, esa tendencia en comunicación que oímos cada vez más y que ha llegado —como alguna otra de la que ya hemos hablado— para quedarse. Nos referimos al informe II Corporate Transparency Summit, elaborado por Kreab, consultora internacional de comunicación, reputación y asuntos públicos de origen sueco, y Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership; un texto que aborda las tendencias y planteamientos fundamentales que se tienen que tener en cuenta en la actualidad a la hora de hablar de transparencia corporativa.
El documento se estructura alrededor de una idea básica: la transparencia ya no es una opción, sino un aspecto fundamental en la relación con los stakeholders. Es el driver que devolverá la confianza a los grupos de interés y, por tanto, debemos estar dispuestos a pagar un sobreprecio por ella. Por tanto, debemos entender la transparencia como una ventaja competitiva y no como una obligación de naturaleza cosmética.
Existen dos transformaciones mediante las cuales la transparencia ha evolucionado hasta convertirse en este pilar vital de las compañías: la sociedad de la observación en la que nos encontramos y la quiebra de la credibilidad y pérdida de confianza en las organizaciones. La primera tiene mucho que ver con el desarrollo de las tecnologías TIC, que obligan a las empresas a adaptarse a un entorno en el que los datos fluyen a tiempo real y de forma inmediata. La segunda está relacionada con los resultados que presenta el Barómetro de Confianza de Edelman 2017, que evidenció cómo el índice de confianza ha caído, progresivamente, hasta límites muy bajos.
Otra de las ideas fundamentales del texto es que la transparencia se manifiesta mediante hechos y no palabras. Por ello, debe estar construida sobre hechos contrastables, entablar un diálogo bidireccional, ser voluntaria y venir impulsada desde la alta dirección. Estos pequeños cambios en la concepción del término pueden conducir a grandes transformaciones en las organizaciones. El informe, además, nos obsequia con una serie de buenas prácticas en materia de comunicación transparente que toda empresa tendría que tener en mente, como saber qué cuento y cómo lo cuento, humanizar la información y mostrar lo bueno y lo «no tan bueno».
Gracias al texto aprendemos que la transparencia no es solo una cuestión de confianza, sino también de negocio, que debe construirse sobre relaciones y no memorias y que debe aflorar de puertas para dentro. Y que es, ante todo, un camino sin retorno. La transparencia ha llegado para cambiar el modo de hacer las cosas y se va a quedar, para siempre, en nuestra buena praxis empresarial.