Es obvio que, en momentos como el actual –elevada inflación, incremento de los tipos de interés, alta tasa de paro, etc.– la presión en el bolsillo de los consumidores se acentúe. Pero, hay cuestiones que no son tan evidentes. Aquí algunas de ellas:
¿Hasta qué punto se traslada esta presión a la reputación que tienen las empresas?
¿Qué se espera de ellas en coyunturas como la actual? ¿Cómo se percibe que están respondiendo a este contexto?
¿Cómo se transforma el nivel de satisfacción de expectativas percibido en actitud hacia ellas?
Empecemos por echar un vistazo...