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30 Octubre, 2025

Sostenibilidad

Políticas DEI en tiempos de polarización: tres caminos estratégicos

El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2025 ha transformado de forma significativa el panorama político y empresarial, reabriendo un ciclo de polarización social que sitúa a las compañías en el centro del debate cultural. Una de las áreas más impactadas por este cambio ha sido la estrategia corporativa en Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), convertida en un terreno de disputa política y mediática.

La nueva administración ha promovido políticas y discursos críticos hacia las iniciativas DEI, presentándolas como prácticas “discriminatorias inversas” o como factores prescindibles para la competitividad económica. Esta narrativa ha tenido un efecto inmediato en el tejido empresarial, que hoy se enfrenta a un dilema estratégico: mantener su compromiso con la diversidad, reformularlo para adaptarse al nuevo contexto político y regulatorio, o hacer una retirada total.

Para algunas organizaciones, sostener las políticas DEI refuerza su legitimidad, además de ser una ventaja competitiva en mercados que valoran la inclusión. Para otras, sin embargo, reducir o incluso eliminar estos programas se percibe como una forma de conservar relevancia, minimizar riesgos regulatorios y evitar penalizaciones por parte de stakeholders. En cualquier caso, las empresas se encuentran ante un escenario de doble coste: tanto mantener como abandonar la agenda DEI implica riesgos y consecuencias tangibles.

¿Qué vas a descubrir en este caso?

  • El impacto de la eliminación abrupta de DEI. Suprimir programas de diversidad sin una comunicación adecuada ni una justificación estratégica puede acarrear costes reputacionales y de talento. La falta de comunicación transparente genera desconfianza, erosiona el capital social y pone en riesgo la retención de profesionales comprometidos.
  • La importancia de alinear el enfoque DEI con la identidad y el entorno. Cada organización debe definir su postura a partir de un análisis honesto de su cultura, su grado de madurez y sus objetivos estratégicos. El enfoque más adecuado dependerá del contexto en el que opera, de las expectativas de sus grupos de interés y de su capacidad para sostener las decisiones en el tiempo sin comprometer la coherencia ni la competitividad.
  • La reformulación como posible solución. Adaptar el discurso permite mantener la esencia de DEI minimizando la exposición política. Conceptos como “inclusión de talento” o “excelencia operativa” pueden preservar los beneficios de la diversidad sin generar fricciones innecesarias, garantizando así un equilibrio entre impacto positivo y estabilidad reputacional.