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17 octubre, 2025
6 claves para lograr una experiencia de cliente excelente
Crecer y diferenciarse en el mercado actual depende, más que nunca, de la experiencia que una marca ofrece a sus públicos. La experiencia de cliente se ha consolidado como una de las principales palancas de crecimiento y diferenciación en un entorno cada vez más competitivo, tal y como se confirma en los resultados de Approaching the Future 2025.
Ya no basta con ofrecer un buen producto o servicio: las personas esperan interacciones significativas, coherentes y personalizadas en cada punto de contacto con la organización. Las marcas que logran cumplir esas expectativas alcanzan resultados superiores a los de sus competidores. Según estudios recientes de Kantar, las marcas más valiosas y con mayor crecimiento son aquellas que consiguen ser notorias, relevantes y diferentes, y este triple posicionamiento está directamente vinculado con la experiencia que ofrecen.
Desde Corporate Excellence hemos colaborado en una investigación junto a KPMG y la Asociación de Marketing de España (AMKT) para identificar las claves que garantizan e impulsan una experiencia de cliente excelente.
1. Cultura empresarial centrada en el cliente
La experiencia de cliente comienza por establecer una cultura corporativa que sitúe al consumidor en el centro. Esto significa promover hábitos y comportamientos en toda la organización orientados a satisfacer al cliente en cada interacción, y asegurarse de que esta orientación se convierta en parte fundamental del ADN de la empresa. La formación continua y la concienciación de los equipos son esenciales para que cada empleado comprenda su rol en la creación de experiencias positivas.
Cuando esta coordinación interna se consolida, la cultura se refleja en todas las acciones y decisiones. Approaching the Future 2025 destaca que las marcas centradas en la experiencia construyen y entregan vivencias coherentes y consistentes en cada punto de contacto.
2. Estructura organizativa y colaboración interdepartamental
Para que una cultura centrada en el cliente tenga un impacto real, la estructura organizativa debe favorecer la colaboración entre departamentos y evitar la fragmentación de responsabilidades. La creación de equipos multidisciplinares, liderados por un Chief Customer Officer o una figura similar, permite coordinar esfuerzos y garantizar que todas las áreas trabajen hacia un mismo objetivo: la satisfacción del cliente. La experiencia de cliente se convierte así en un activo estratégico que va más allá del departamento de marketing.
3. Recopilación y análisis de datos
Comprender las necesidades del cliente requiere que la organización esté centrada en los datos (data centric). Acceder a información relevante y gestionarla correctamente permite anticipar expectativas, personalizar interacciones y tomar decisiones más precisas y rentables.
La capacidad de adaptarse con agilidad a las nuevas demandas del mercado se convierte en una ventaja competitiva. Las experiencias que evolucionan al ritmo de los contextos y de las personas son más valiosas, y las empresas que gestionan bien sus datos pueden ofrecer vivencias que resulten auténticas y relevantes para cada cliente.
4. Apuesta por la inteligencia artificial y la medición en tiempo real
Dada la importancia de optimizar los modelos de experiencia de cliente, las organizaciones están adoptando cada vez más el uso de la inteligencia artificial (IA). Según la encuesta realizada por KPMG, los directivos otorgan gran importancia a esta tecnología para mejorar la productividad de sus modelos, así como acelerar la automatización de procesos y para mejorar su eficiencia operativa. Approaching the Future 2025 destaca que la IA permite medir, analizar y ajustar la experiencia en tiempo real a partir de datos conductuales, interacciones digitales y análisis de sentimiento.
5. Comunicación interna, compromiso y transparencia
Un modelo de experiencia de cliente sólido requiere que toda la organización comparta una misma visión y se sienta implicada en el proceso. Por esta razón, la comunicación interna debe ser clara y constante, asegurando que cada empleado entienda cómo su trabajo impacta directamente en la experiencia del cliente.
Cuando los equipos se sienten partícipes y comprenden su rol dentro de la cadena de valor, se consigue consistencia y coherencia en la experiencia. La relación entre experiencia de cliente y experiencia de empleado es estrecha: ambos son motores clave de reputación. Aquellas empresas que trabajan bien la experiencia de forma interna, y se aseguran de que aquello que prometen se cumple en todos los puntos de contacto, aumentan su reputación de forma orgánica y sostenible.
6. Medición y mejora continua
Por último, una experiencia excelente exige una evaluación constante. Monitorizar la experiencia del cliente a partir de diferentes fuentes de información -como interacciones directas, encuestas o redes sociales- permite obtener insights valiosos que orienten la mejora continua.
Según Approaching the Future 2025, las organizaciones que logran ofrecer experiencias diferenciadas y relevantes incrementan la satisfacción, la recomendación y la conversión, lo que tiene un efecto directo en los resultados financieros. De esta manera, la experiencia de cliente deja de ser un valor exclusivamente emocional y se convierte en un activo estratégico medible, con impacto tangible sobre la competitividad y el crecimiento de la empresa.
La experiencia como impulsor de marca y de reputación
En un entorno donde la diferenciación depende en gran medida de la vivencia que ofrecen las marcas a sus stakeholders, la experiencia de cliente se convierte en un motor estratégico para las empresas. Su influencia no se limita a la satisfacción del consumidor, sino que también fortalece su confianza, lo que impacta directamente en la reputación de la marca.
Integrar la experiencia de manera transversal -desde la cultura interna hasta la interacción directa con el cliente- permite construir relaciones sólidas, confiables y duraderas con los diferentes públicos. De esta forma, la marca deja de ser percibida únicamente por sus productos o servicios, y se le reconoce por la vivencia completa que proporciona, lo que le asegura crecimiento, reputación y valor sostenible.