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17 octubre, 2025
¿Cómo gestionar la reputación corporativa en 2025?
La reputación corporativa es una prioridad creciente para los profesionales y las organizaciones. En 2025, este ámbito encabeza por segundo año consecutivo el ranking de tendencias más importantes del informe Approaching the Future. Un 61,3% de los profesionales sitúa la reputación y el riesgo reputacional como principal foco de atención.
Este reconocimiento generalizado no es casual. La reputación actúa como motor de confianza, factor clave en la toma de decisiones de los stakeholders y amortiguador frente a riesgos sociales y empresariales. Además, se relaciona directamente con indicadores críticos como la fidelización de talento, el coste de capital, el acceso a datos o la licencia social para operar. Y tiene una correlación directa con la relevancia de la marca corporativa.
Sin embargo, existe todavía una distancia o desfase entre esta percepción estratégica y los recursos destinados a su gestión. En este sentido, un 47,9% de las organizaciones declara estar gestionando activamente su reputación. Este gap de más de 13 puntos porcentuales entre importancia e inversión invita a profundizar en una pregunta esencial: ¿cómo gestionan las organizaciones el presupuesto, los recursos y esfuerzos destinados a la reputación corporativa?
Tres grandes ámbitos de acción: estrategia, gestión del riesgo y medición
- El informe identifica tres grandes temas en los que las empresas trabajan de forma prioritaria: integrar la reputación en la estrategia empresarial; gestionar los riesgos reputacionales y alinearlos con los riesgos corporativos; y medir y definir indicadores para el diagnóstico y la gestión de la reputación.
- El principal ámbito de acción en 2025 es la implementación de planes estratégicos para mejorar y fortalecer la reputación, con un 34% de profesionales que afirma estar destinando recursos a ello. Esta cifra se eleva al 42,9% cuando se trata de la alta dirección, lo que confirma un mayor compromiso desde los órganos decisores. Se consolida así la reputación como una palanca real para la creación de valor.
- El segundo eje de trabajo al que se dedican más esfuerzos es a la inclusión del riesgo reputacional en el sistema general de gestión de riesgos (29,7%). En el contexto español, el riesgo reputacional es el área de actuación más importante, donde esta cifra alcanza el 35,2%, situando a España casi 5 puntos porcentuales por encima del resto de países analizados. La alta dirección también destaca este tema como el segundo más prioritario (38,1%).
- El tercer ámbito más trabajado es la medición de la reputación, a través de encuestas o consultas directas a los grupos de interés. El 28,4% de los profesionales declara estar destinando inversión a desarrollar este aspecto, lo que marca una evolución relevante en la forma en la que se gestiona este activo intangible.
- A estos tres pilares principales les sigue un cuarto frente de acción también destacado y relacionado con la propia medición: el uso de herramientas de escucha social o social listening, utilizadas por el 25,3% de las organizaciones. Estas tecnologías permiten monitorizar redes sociales, medios y blogs, e implementar sistemas de alerta temprana ante posibles crisis. Se trata de una respuesta a la creciente complejidad del entorno informativo y reputacional, y una forma efectiva de anticipar y mitigar riesgos.
Diferencias según el tamaño de la empresa
El enfoque de la gestión de la reputación varía según el tamaño de la organización. En las grandes empresas (más de 5.000 empleados), el área con mayor inversión de recursos es la integración del riesgo reputacional en el sistema general de riesgos (35,5%), seguida de la medición mediante encuestas o consultas a stakeholders (30,9%), y en tercer lugar, la implementación de acciones que mejoren la reputación (30,5%).
En cambio, las medianas (de 51 a 5.000 empleados) y pequeñas empresas (50 empleados o menos) priorizan de forma clara la puesta en marcha de planes de fortalecimiento reputacional, con un 35,7% y un 36,6% respectivamente. Esto refleja un enfoque más directo y orientado a resultados, centrado en acciones concretas que contribuyan a mejorar la percepción y el posicionamiento de la organización.
Medición para una mejor gestión de la reputación
El informe demuestra que más de la mitad de los profesionales encuestados (54,2%) afirma estar midiendo de alguna forma la reputación, una mejora notable frente a los datos de 2024, cuando el 56,9% reconocía no hacerlo.
En este campo destacan tres vías que materializan la medición: las encuestas o consultas directas con grupos de interés, el social listening y monitorización online y la incorporación de la reputación como KPI en los cuadros de mando estratégicos.
Este último punto es especialmente relevante porque sitúa la reputación al mismo nivel que otros indicadores clave de negocio, permitiendo un seguimiento sistemático e integrando este activo en la lógica de la gobernanza empresarial.
Pasar del relato al dato
El informe Approaching the Future 2025 muestra cómo la reputación está dejando de ser una aspiración para convertirse en una práctica con acciones cada vez más concretas. Aun así, existe un gap que urge ser abordado entre importancia estratégica percibida y recursos destinados a una gestión efectiva; por lo que las empresas deben pasar del relato al dato y dar un paso al frente en la asignación de presupuestos y herramientas de gestión, monitorización y mitigación de riesgos reputacionales. Integrar la reputación corporativa en la estrategia de negocio, gestionar el riesgo y aplicar una medición con precisión son hoy algunas de las claves que impulsan la construcción de una reputación corporativa sólida, que actúa como motor de confianza para los grupos de interés con los que se relaciona una compañía y como garante de legitimidad social para operar.