El Reputation Dividend Report UK 2025, elaborado por Echo Research, demuestra que la reputación corporativa ha pasado de ser un intangible difícil de medir a convertirse en un activo financiero central. En un contexto marcado por la incertidumbre económica, la volatilidad geopolítica y la creciente presión social, la reputación se consolida como un factor determinante del rendimiento empresarial.

La metodología empleada combina datos financieros objetivos con la percepción de stakeholders clave para cuantificar cómo la reputación influye en el valor empresarial. Se analizan métricas como EBITDA, dividend yield y EPS, junto con la evaluación de nueve dimensiones o drivers reputacionales (gestión, productos, finanzas, innovación, valor a largo plazo, talento, competitividad global, ESG y uso de activos).

A través de modelos econométricos de regresión se determina qué parte de la capitalización bursátil se explica por la reputación y cómo se distribuye entre los distintos factores, generando tres resultados clave: la Reputation Contribution, el Reputation Risk Profile y el Reputation Leverage. De esta manera, el informe convierte la reputación en un activo estratégico de negocio, medible y gestionable.

¿Qué hacer ante esta situación?

• Gestionar la reputación como un activo estratégico medible. Integrar su seguimiento en los cuadros de mando corporativos, reportar periódicamente al consejo y vincularlo a objetivos de negocio.
• Adoptar una visión transversal. Involucrar a todas las áreas clave y superar la visión de la reputación como un tema exclusivo de PR.
• Invertir en factores de crecimiento reputacional. Innovación, gestión de personas, talento y transformación ESG real. Prepararse para el futuro sin descuidar los pilares actuales.
• Personalizar la estrategia reputacional. Cada compañía tiene un “perfil de riesgo reputacional” único. Se deben identificar los drivers clave para cada negocio y sector, y priorizar la inversión en ellos.

RETOS Y OPORTUNIDADES

• Volatilidad geopolítica y económica. La reputación puede erosionarse rápidamente si no hay transparencia y resiliencia.
• Expectativas múltiples y más estrictas. Inversores y stakeholders demandan resultados tangibles, no solo narrativas inspiradoras.
• Reputación como escudo frente a la crisis. Las empresas con buena reputación resisten mejor y recuperan más rápido.
• Adaptación narrativa por mercados. Multinacionales que personalicen su discurso reputacional para cada contexto (UK, US, Europa, Asia) tendrán ventaja competitiva.
• Convertir reputación en ventaja competitiva medible. Los directivos que integren indicadores reputacionales en la gestión estratégica podrán demostrar su valor al mercado y a los inversores.