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18 diciembre, 2019

Iniciativas de sostenibilidad en empresas alimentarias

Ahora que ya estamos casi en fechas de comer dulces y turrones, queremos compartir los aprendizajes que obtuvimos en el V Seminario del Dulce, celebrado en Madrid hace un par de meses.

La sostenibilidad entendida como el equilibrio económico social y medioambiental es hoy clave para cualquier empresa, especialmente para aquellas con un mayor impacto. Como apuntaba Clemente Mata, subdirector general de Fomento Industria e Innovación MAPAMA, en el V Seminario del Dulce, este es el caso del sector alimentario. En este seminario se reúnen anualmente diversas empresas del sector que forman parte de Produlce, la Asociación Española del Dulce para tratar los temas comunes que les preocupan, pero también para avanzar en los retos de manera conjunta.

El foco de esta edición fue precisamente la sostenibilidad, las organizaciones están tomando cada vez mayor conciencia de que la sociedad va por delante y de que la preocupación por la salud y el medioambiente se está convirtiendo en una exigencia para muchas organizaciones. En este sentido, realizar una gestión social y medioambientalmente responsable es la base y es imprescindible, pero no es suficiente. Clemente Mata señaló tres elementos clave que completan la ecuación y por los que desde el ministerio se está apostando:

  • Una herramienta de autoevaluación gratuita y confidencial para que todas las organizaciones que lo deseen realicen una evaluación cualitativa que les sirva para, a través de las recomendaciones automáticas personalizadas, reenfocar su gestión de acuerdo a las nuevas exigencias.
  • Mejorar la comunicación y dar a conocer las iniciativas a través de una página específicamente diseñada para ello.
  • Ayudar a transmitir el compromiso, y para ello han desarrollado un decálogo de sostenibilidad.

Como apuntaba Paloma Sánchez, directora de Competitividad y Sostenibilidad de la Federación Española de Alimentación y Bebidas (FIAB), nos encontramos en un entorno de presión mediática y social — que el sector alimentario está sufriendo en especial— pero también de presión por parte de las administraciones europeas y nacionales. Si bien es cierto que la industria alimentaria ha sido de las pioneras en introducir la economía circular con procesos de rediseño, reutilizado, reciclaje… La situación actual presenta para este sector un riesgo reputacional que no puede pasarse por alto. Este no viene tanto de la propia industria, pero es algo que esta tiene que abordar, tomando una posición y comunicando sobre los temas que preocupan a la sociedad. El tema plástico es un claro ejemplo de cómo esta preocupación ha saltado al debate público y  cómo muchas personas están adquiriendo una actitud proactiva al respecto, como ha recogido el reciente informe de Kantar World Panel Who cares?, Who does? Cristina señalaba la mala gestión del residuo, el desperdicio y su abuso como los principales problemas que la industria tiene que abordar.

A esta situación se le suma la gran pérdida de confianza que venimos viendo desde hace algunos años —reflejada en el Barómetro de Confianza de Edelman— en el sector empresarial y también en las instituciones. Por eso, más que nunca, el papel de la comunicación es fundamental para hacer llegar la buena gestión y las buenas prácticas a todos los grupos de interés de la organización. Y por supuesto, para esto la sostenibilidad debe estar integrada en la estrategia de negocio, tomando las medidas necesarias que, si bien es cierto que puedan ser costosas inicialmente, son imprescindibles para la competitividad por dos motivos fundamentalmente: tienen un importante retorno en el medio largo plazo y más relevante quizás, el coste económico de no hacerlo será todavía mucho mayor.