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Deloitte examina en 2024 Corporate Affairs Report la evolución de la función de asuntos corporativos (CA) en un entorno global de creciente volatilidad e incertidumbre, a través de 58 entrevistas con directores de asuntos corporativos de empresas globales líderes (FTSE 100, Fortune 500 y Euronext 100).
Este estudio da continuidad a un informe previo sobre la función realizado en 2022 y trata de identificas cómo estas áreas están respondiendo a una multiplicidad de riesgos y desafíos, que incluyen inestabilidad geopolítica, cambios regulatorios, y presión por la transparencia en materia de ASG (ambiental, social y gobernanza).
La investigación explora las dinámicas entre los líderes de asuntos corporativos y el equipo directivo, su adaptación a tecnologías emergentes y cómo se está reestructurando y transformando la función donde la gestión de riesgos, entre los que destacan los reputacionales, es cada vez mayor junto a la contribución cada vez más estratégica de la función al crecimiento y generación de valor para la organización.
Además, el estudio identifica las competencias futuras para la gestión de los asuntos corporativos y presenta un modelo integrado que refleja la madurez y versatilidad que se le demanda a la función en el contexto actual.
¿Qué hacer ante esta situación?
- Desarrollar una mentalidad proactiva de gestión de riesgos. El responsable de asuntos cor-porativos debe ser capaz de anticipar riesgos, especialmente geopolíticos, y tener una estructura de monitoreo continuo. Esto implica una capacidad de observación e inteligencia contextual que permita detectar señales tempranas de inestabilidad y evaluar su impacto en el negocio.
- Proveer asesoría consultiva a la junta directiva y liderazgo sobre asuntos sensibles, asegurarse de que las iniciativas sociales y medioambientales sean estratégicamente alineadas y sostenibles, evitando el riesgo de reacciones negativas.
- Explorar y adoptar tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, especialmente para la creación de contenido, automatización de procesos y análisis predictivo. Estas herramientas permiten a la función de asuntos públicos hacer seguimiento de riesgos, mejorar la eficiencia operativa y anticipar posibles crisis.
- Fortalecer la profesionalización de los equipos de asuntos corporativos: Incorporar expertos en áreas como ciencia de datos y economía para fortalecer la función de asuntos corporativos, dotándola de herramientas avanzadas y alineándola con otras funciones comercia
- Construcción y mantenimiento de relaciones con stakeholders: La diplomacia también se extiende a la habilidad de CA para gestionar relaciones sólidas con gobiernos, reguladores y otros actores clave. Esto exige una red de contactos amplia y la capacidad de influir en temas de política pública sin alienar a otros grupos de interés.
- Conocimiento en reporting y normativas ASG: La responsabilidad de garantizar que la empresa cumpla con las normas y estándares ASG se vuelve central para las organizaciones, lo que implica un entendimiento sólido desde las áreas de asuntos corporativos de las regulaciones y de cómo aplicarlas estratégicamente para proteger la reputación.
- Habilidad para convertir la sostenibilidad en ventaja competitiva: el área de asuntos corporativos no solo debe tener en cuenta la sostenibilidad desde un punto meramente normativo sino que debe encontrar maneras de capitalizar los avances en términos ASG para generar valor y construir reputación.
- Impulso de la transformación interna y gestión de la cultura corporativa: La transformación cultural dentro de la organización es cada vez más parte del rol del responsable de asuntos corporativos, que debe fomentar un entorno inclusivo y alineado con los valores y el propósito de la empresa.
- Desarrollo e impulso de la estrategia de narrativa corporativa: La capacidad para construir y comunicar una narrativa que inspire a los empleados, anclada en el propósito y los valores de la empresa es determinante. Esto implica liderazgo en comunicación interna que contribuya al cambio cultural de dentro hacia afuera y que alineen a la organización con su misión y propósito.
- Pensamiento prospectivo y planificación de escernarios futuros: La función de asuntos cor-porativos se valora cada vez más por su capacidad de «ver más allá» y proyectar posibles fu-turos escenarios de riesgo y crecimiento. Esto se traduce en ser un «observador» y fortalecer la capacidad de lectura e inteligencia del contexto proporcionando al equipo directivo un perspectiva contextual y social que anticipa tendencias y eventos globales con probabilidad de impacto en la organización.
RETOS Y OPORTUNIDADES
- Adaptarse a la volatilidad geopolítica: los directivos deben enfrentarse a un panorama geopo-lítico en constante cambio que afecta a la operativa y la estrategia empresarial. La fragmen-tación de marcos establecidos y la creciente incertidumbre plantean el reto de adaptar sus estrategias a un contexto global diverso y a menudo conflictivo. Para gestionar este desafío, es crucial que los líderes de asuntos públicos implementen sistemas de monitoreo que les pemitan anticipar y responder a los riesgos emergentes, ajustando sus enfoques a las diferentes regulaciones y actitudes culturales. Esto implica no solo comprender el entorno político, sino también construir relaciones sólidas con stakeholders clave, como gobiernos y comunidades locales, para garantizar la sostenibilidad de las operaciones.
- Integrar la tecnología y el análisis de datos: la rápida evolución de las tecnologías, especialmente en el ámbito de la inteligencia artificial, representa tanto una oportunidad como un reto. Aunque muchos directivos de asuntos corporativos reconocen la necesidad de incorporar estas tecnologías, a menudo se sienten abrumados por la inmadurez en su uso. Para aprovechar al máximo la IA y otras herramientas digitales, los líderes deben invertir en la capacitación de sus equipos, fomentar una cultura de innovación y establecer marcos de gestión de datos que faciliten la toma de decisiones basada en información analítica. Este reto incluye superar la resistencia al cambio y garantizar que las nuevas tecnologías se integren de manera efectiva en los procesos existentes, para que realmente impulsen el crecimiento y mejoren la eficiencia operativa.
- Posicionamiento estratégico y diplomacia corporativa: La diplomacia corporativa se convierte en una alternativa atractiva a la postura de posicionamiento de marca activista; ofrece un enfoque moderado que refuerza la estabilidad y aumenta la confianza entre los stakeholders.