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15 septiembre, 2025

La importancia del propósito corporativo en el liderazgo transformador

En un contexto marcado por la polarización social y la urgencia de los retos ambientales, se hace evidente la necesidad de un nuevo modelo de liderazgo. El denominado “liderazgo transformador surge como respuesta a este gran desafío: un enfoque capaz de generar valor equilibrado en el largo plazo, entre todos los grupos de interés, y que tenga en cuenta las exigencias ambientales, sociales y de buena gobernanza que demanda la sociedad. Este nuevo modelo de hacer empresa representa una oportunidad estratégica para las organizaciones y empresas.

Así lo demuestra el III Estudio Propósito y liderazgo transformador, elaborado por CANVAS Estrategias Sostenibles, que identifica una demanda social clara: tres de cada cuatro ciudadanos consideran necesario transformar el sistema socioeconómico para hacerlo más justo. 

Las empresas pueden tener un papel activo en esta transformación: dos de cada tres ciudadanos (67%) considera que las compañías que apuesten por un liderazgo transformador pueden regenerar el sistema socioeconómico, orientándolo hacia modelos más humanos y empáticos. Asimismo, casi la mitad de los ciudadanos (48,6%) afirma sentirse identificada con este tipo de liderazgo, al reconocer en él una combinación de empatía, sostenibilidad y capacidad de adaptación alineada con las necesidades actuales. 

El rol del propósito corporativo

El estudio identifica cuatro dimensiones fundamentales que definen este modelo de liderazgo: cuidar, impulsar, catalizar e inspirar. Entre ellas, la más valorada por todos los segmentos de la población es “cuidar”, entendida como la capacidad de escuchar, comprender y responder a las necesidades sociales. El propósito corporativo se convierte en el eje que articula esta dimensión. Una empresa que cuida es aquella que tiene un propósito y valores propios, que actúa con consciencia y coherencia. 

La sociedad percibe y reconoce el liderazgo transformador en la forma en la que las empresas tratan a sus empleados, en su trato con los clientes y en la manera en que la actividad empresarial contribuye a dar respuesta a los retos sociales y medioambientales. Según el estudio, el 39,4% de la población prioriza a las compañías cuyo propósito social está orientado al bienestar social, más allá de dirigirse a su beneficio económico. 

El propósito corporativo en la agenda empresarial

No solo la ciudadanía reconoce el valor del propósito corporativo; también las compañías lo han situado en el centro de sus prioridades estratégicas, tal como queda reflejado en Approaching the Future 2025, el informe que anualmente elaboramos en Corporate Excellence en colaboración con CANVAS Estrategias Sostenibles y una amplia red de entidades colaboradoras para conocer el estado del arte y de la gestión de intangible. 

En esta edición, el propósito corporativo ha escalado dos posiciones en la agenda de prioridades respecto al año anterior, situándose en el cuarto lugar del ranking de importancia para las empresas: el 55,6% de ellas lo consideran relevante. Además, se ha convertido en el segundo ámbito al que las empresas destinan más recursos (51,4%), reflejando un compromiso cada vez más tangible por parte de las organizaciones. Esta evolución confirma que el propósito corporativo ha dejado de ser un concepto aspiracional para convertirse en una palanca de transformación.

Propósito corporativo y liderazgo: una alianza transformadora

La alta dirección le otorga especial importancia: el propósito es el tercer tema más relevante para los altos directivos (57,3%). Y, un liderazgo transformador, basado en el propósito, actúa como faro en la toma de decisiones y dota de sentido la actividad empresarial y la de todos sus empleados y directivos. A su vez, de forma bidireccional, el propósito corporativo se refleja en las actitudes de todos ellos. 

En este sentido, el propósito se posiciona como una guía fundamental del liderazgo transformador. A través de un propósito orientado al bienestar social, el liderazgo logra asumir un rol que cambia el sistema a favor del bienestar. Las empresas que lo entienden así no solo responden a las demandas sociales actuales, sino que también refuerzan su resiliencia en un entorno cambiante.