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14 febrero, 2025

Más allá de la comunicación corporativa

La comunicación, pese a haber sido siempre una herramienta clave para el desarrollo de las organizaciones, ha evolucionado hasta convertirse en una función de enorme valor estratégico en el seno de las organizaciones. En el contexto actual, plagado de cambios y procesos en los que surgen multitud de desafíos cada vez más complejos, comunicar de manera efectiva se ha vuelto esencial para garantizar el éxito y la sostenibilidad de las compañías en el largo plazo.

En la actualidad, las empresas no solo deben informar, sino también generar confianza, fortalecer su reputación y gestionar sus intangibles estratégicamente. Y es que la comunicación ha dejado de ser una herramienta más para convertirse en un factor clave en la toma de decisiones empresariales y en la construcción de una imagen corporativa sólida.

La realidad de los mercados demuestra que una comunicación efectiva permite proyectar valores que reflejen la identidad corporativa y el compromiso con la sociedad, lo que se traduce en una mejor percepción de la marca, una mayor fidelización de clientes y un mayor compromiso de los empleados.

Este salto cualitativo en el rol de la comunicación es especialmente significativo en un contexto en el que las empresas experimentan un cambio hacia un modelo de liderazgo más empático y responsable. Así, la comunicación permite conectar con los diferentes grupos de interés y fomentar una cultura organizacional basada en la transparencia y la confianza. Para gestionar esta nueva manera de comunicar surge la figura del Chief Corporate Officer, pieza clave dentro de la alta dirección y que, sustituyendo al antiguo Chief Communications Officer, actúa como un puente entre la empresa y su entorno.

Para que ese puente dentro-fuera funcione, la comunicación interna es crucial, pues tiene el reto de lograr que los empleados comprenden la misión y visión de la empresa y se comprometan con más fuerza con su crecimiento. La comunicación juega un papel clave en dotar de coherencia la gestión de ámbitos como la reputación, la sostenibilidad y el propósito corporativo, que no pueden tratarse de forma aislada.  Es tal la necesidad de que estos ámbitos se alineen con la estrategia corporativa que la comunicación se convierte en una herramienta de primer nivel para proyectar una imagen sólida y confiable a los grupos de interés.

Por otra parte, la capacidad de adaptación y respuesta a situaciones críticas es uno de los aspectos más destacados en la evolución del rol del comunicador, ya que la pandemia, las tensiones geopolíticas y los desafíos económicos han puesto de manifiesto la importancia de una comunicación eficaz en los momentos de mayor incertidumbre. Por esta razón, las estrategias de comunicación deben incluir planes de contingencia, portavoces bien preparados y una estructura clara para transmitir información veraz y oportuna de forma rápida.

Así, la evolución del rol del Chief Communications Officer al Chief Corporate Officer responde a la necesidad de un liderazgo más holístico y multidisciplinar, puesto que el CCO no solo debe dominar las técnicas comunicativas tradicionales, sino comprender la estrategia empresarial, la gestión de la reputación y la sostenibilidad.

Este rol implica liderar la integración con otras áreas de la empresa, como el marketing, las relaciones públicas, la responsabilidad social corporativa y la gestión de crisis. La interconexión de estos ámbitos permite a las organizaciones tener una visión más amplia y estratégica de su impacto en la sociedad y en el mercado.

Desde hace más de una década, Corporate Excellence y Esade imparten el Global CCO, el programa ejecutivo de referencia en la formación de estos nuevos directivos que las compañías demandan cada vez con más fuerza. 

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