Cargando...
Artículo
31 octubre, 2025
Posturas corporativas frente a las políticas DEI en la era Trump
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2025 ha transformado el panorama político y empresarial. En este nuevo contexto, las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) se han convertido en un terreno de confrontación. La administración ha impulsado medidas y discursos críticos hacia estas iniciativas, al presentarlas como prácticas innecesarias para el desempeño económico, lo que ha generado un impacto inmediato en el ámbito corporativo.
Ante este escenario, las decisiones empresariales en torno a las políticas DEI han dejado de ser percibidas únicamente como una cuestión ideológica para convertirse en un dilema estratégico. El mantenimiento, la adaptación o la retirada de estas políticas responde a evaluaciones sobre reputación, viabilidad económica y posicionamiento competitivo. Para unas compañías, reforzar sus postulados DEI supone consolidar legitimidad y atractivo en determinados mercados; para otras, modificar o eliminar estos programas aparece como un paso necesario para reducir riesgos regulatorios o tensiones con inversores y clientes.
De esta manera, las organizaciones se encuentran en un punto de inflexión. Más allá del posicionamiento inmediato, la forma en la que gestionen estas tensiones será determinante para su resiliencia y posicionamiento de marca en el largo plazo. En este contexto, las respuestas de las empresas pueden agruparse en tres grandes enfoques estratégicos:
- 
Un grupo de empresas ha optado por mantener sus programas DEI como ejes centrales de política y cultura, incluso frente a boicots, críticas mediáticas o presiones de inversores. Para estas compañías, la diversidad y la inclusión no son solo valores éticos, sino palancas estratégicas de sostenibilidad, integración y competitividad. Sin embargo, esta postura implica costes significativos, ya que exige recursos para defender públicamente su posición y resistir a la presión de los detractores. 
- 
Otras compañías han preferido ajustar sus programas DEI a través de un cambio de narrativa o una modificación de sus políticas, con estrategias más sutiles, pero preservando los objetivos fundamentales. Esta flexibilidad estratégica protege la reputación y asegura continuidad en los beneficios de la diversidad y la inclusión, a la vez que minimiza los riesgos asociados al entorno político. 
- 
Un tercer grupo de organizaciones ha optado por eliminar sus políticas DEI. Estos cambios se han implementado de manera inmediata, y acompañados de una comunicación mínima. A corto plazo, la retirada reduce la presión política, pero a largo plazo puede conllevar riesgos reputacionales. 
¿Qué vas a descubrir en este caso?
- 
DEI como pilar de sostenibilidad. Las empresas que han apostado por mantener sus compromisos DEI demuestran que su verdadero valor no radica únicamente en su impacto en negocio, sino en la coherencia y legitimidad interna que genera. Cuando la diversidad se integra en la estrategia y cuenta con respaldo sistemático, se convierte en un recurso de resiliencia frente a contextos adversos. 
- 
La adaptación como estrategia de equilibrio. Las compañías que reformulan sus políticas evidencian que es posible preservar el impacto positivo de la diversidad sin exponerse innecesariamente. Ajustar el discurso y los formatos permite sostener objetivos de diversidad e inclusión en entornos complejos, manteniendo la estabilidad reputacional y evitando riesgos regulatorios. 
- 
El coste de la retirada abrupta. El abandono de programas DEI sin comunicación clara ni transición estratégica genera más tensiones de las que resuelve. La pérdida de confianza derivada de este tipo de decisiones erosiona directamente el capital social de la empresa y compromete su capacidad de mantener talento comprometido. 
Diversidad y sostenibilidad
Este caso pone de relieve la complejidad de gestionar las políticas DEI en un contexto de polarización y presión creciente. En el análisis completo de nuestra serie Practices in Action se presentan ejemplos concretos de empresas que han optado por cada uno de estos tres enfoques —resistencia, adaptación o retirada—, para obtener una visión comparada de sus decisiones y de las implicaciones que conllevan.
 
                             
                        