Artículo
28 febrero, 2025
Presencia de los intangibles en la normativa CSRD
La influencia de los intangibles corporativos ha ido creciendo y cobrando mayor peso en las últimas décadas. Su influencia ha ido ganando importancia a niveles de Alta Dirección e incluso en Consejos de Administración. Ejemplo de ello se constatan en los informes: “La reputación en los Consejos de Administración” (de KMPG y Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership, y en el “Toolkit ASG: Cómo integrar la sostenibilidad en los Consejos de Administración” (de Garrigues y DIRSE).
Desde una perspectiva social, se han incrementado las demandas sobre el posicionamiento de las organizaciones frente a determinadas cuestiones como la diversidad, la lucha por la igualdad, el impacto de sus operaciones en el planeta, etc. La sociedad pide más activismo de marca. Desde la perspectiva del regulador, a nivel europeo se ha experimentado un crecimiento en la normativa sobre cómo las empresas deben reportar sus acciones, operaciones e impactos no solo a nivel operativo, sino también a nivel medioambiental, a nivel social y a nivel ético dentro de su gobierno corporativo.
Sumando todo lo anterior, se puede decir que las empresas viven en una etapa de “confianza ganada” por la sociedad (en comparación con las organizaciones gubernamentales o las agrupaciones políticas) y esto se debe a que supieron medir y gestionar su intangibles en sus diferentes grupos de interés.
Con la entrada en vigor de la normativa europea CSRD muy vinculada con el auge de la sostenibilidad, de los criterios ESG, de la Diligencia Debida (CSDDD), de la Agenda 2030 de los ODS, de medir el Alcance 1, 2 y 3, de la Taxonomía y del Greenwashing, se puede comprobar una vez más la influencia de los activos intangibles por su materialización en la normativa. El pasado 26 de febrero, la Unión Europea presentó el texto definitivo del paquete Ómnibus con la finalidad de simplificar la regulación de la CSRD, de la CSDDD y de la Taxonomía, quedando contempladas las empresas con más de 1.000 empleados y 450 millones de euros de volumen de negocio.
Comisuras ha realizado el informe “Presencia de los intangibles en la normativa CSRD” donde identifica el nivel de influencia que tienen los intangibles en la nueva normativa europea de sostenibilidad. Y los resultados muestran que el 56,95% de todos los datos que se piden reportar están vinculados con los riesgos reputacionales.
Fuente: Comisuras, 2024
Tanto el 53,38% de los riesgos reputacionales derivados, como el 3,38% de los riesgos reputacionales puros (clasificación de riesgos según la metodología COSO) demuestran que los intangibles ya son tangibles dentro de la normativa CSRD y que pueden ayudar a facilitar, no solo el reporte, sino también el cumplimiento normativo.
Otro de los hallazgos principales encontrados en el informe es el alineamiento entre sostenibilidad y reputación bajo los criterios ESG. Se ve claramente que los intangibles dentro de la nueva normativa influyen en los criterios Ambientales (39%), Sociales (con 75,94%) y de Gobernanza (con 75,05%):
Fuente: Comisuras, 2024
No obstante, hay que hacer una aclaración y es que no todos los datos exigidos por la CSRD serán reportados ya que dependen enormemente del sector en el que opera la empresa.
Líneas de trabajo en 2025
Frente a este escenario, el alineamiento corporativo plantea tres líneas de trabajo que se verán desarrolladas en 2025:
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Control Interno y Riesgos como encargados de pivotar el alineamiento de los intangibles en las diferentes áreas de la organización. Se está viendo la dificultad de reportar los intangibles en el cumplimiento normativo, la doble materialidad e incluso su inclusión en los diferentes sistemas de control interno de información (SCIIF y SCIIS). Todo intangible que tenga que reportarse en la memoria, debe presentarse de acuerdo con el marco de la Doble Materialidad a través de la IROs (Impactos, Riesgos y Oportunidades), garantizando su calidad y trazabilidad. Es por ello por lo que los directores de Control Interno y Riesgos corporativos son (o deberían ser) buenos aliados para darle materialidad al intangible al momento de reportarlo.
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Directiva 2024/825 Greenwashing o cómo hacer sostenible la comunicación. El Parlamento Europeo aprobó la directiva que mejorará el etiquetado de los productos y prohibirá el uso de mensajes engañosos sobre temas medioambientales en sus envases o campañas comerciales. El greenwashing pasa de ser un riesgo reputacional puro a un riesgo regulatorio y reputacional. Una de las consecuencias positivas será el correcto alineamiento entre las áreas de marketing, comunicación, sostenibilidad, innovación, control interno y riesgos de la organización.
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Comunicar la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) de forma creíble. Muchas empresas plantean que las acciones DEI no son percibidas como tal en la sociedad, por no tener un acertado enfoque de comunicación. Existen miradas para poder evaluar qué tan inclusiva es una comunicación dentro de las marcas, como Kantar con su plataforma Brand Inclusion Index, Geena Davis Institute e Ipsos con su Gender-IQ y, Openminders con su metodología Openminders Equalizer. Lo interesante es no quedarse en una simple checklist de representación social, sino plantearse cómo medir los roles y cuánto de creíbles son las narrativas de las marcas.
Sin duda, la influencia que han traído los intangibles a la empresa, tanto a nivel interno como externo, es una muestra clara de su enorme contribución a la estrategia corporativa. Además de apalancarse en la estrategia de negocio, los intangibles buscan ir más allá del cumplimiento de la normativa y generar valor a largo plazo. Gracias a los nuevos marcos regulatorios que ya exigen tener una base métrica de cómo reportar, el aporte de valor tendrá que ir un poco más allá de la actual normativa y esto a su vez generará un alineamiento (proactivo o reactivo) dentro de las distintas áreas de la organización.
Fuente: Comisuras, 2024
Actualmente las miradas se centran en el cumplimiento normativo y el reporte para garantizar la legitimidad de la organización a la hora de su cumplimiento normativo. Sin embargo, algo que podemos aprovechar de los activos intangibles es que nos permiten ver más allá de las exigencias normativas para poder generar valor añadido y constructivo en todos los grupos de interés.