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28 marzo, 2025
Geopolítica y reputación: principales riesgos para la función de asuntos corporativos
En un contexto global marcado por una creciente volatilidad e incertidumbre, la función de asuntos corporativos enfrenta desafíos cada vez mayores. Según el informe Corporate Affairs 2024 de Deloitte, que analiza las respuestas de 58 líderes de esta área en grandes empresas globales, los riesgos geopolíticos y reputacionales se posicionan como los principales focos de atención para estos profesionales. Pero, ¿cómo deben adaptarse los líderes de asuntos corporativos para gestionar estos riesgos y reforzar su posición como un área clave en la estrategia corporativa?
Geopolítica: la nueva frontera del riesgo
Uno de los hallazgos más destacados del informe es que casi la mitad (el 43%) de los directores de asuntos corporativos considera los riesgos geopolíticos como una de sus principales preocupaciones. En un mundo donde los cambios políticos y sociales ocurren rápidamente, las empresas deben estar preparadas para anticipar y gestionar las repercusiones de eventos inesperados, como tensiones internacionales o cambios abruptos en las políticas gubernamentales. Para ello, los responsables de asuntos corporativos deben tener una estructura de monitoreo continuo que les permita detectar señales tempranas de inestabilidad, con el fin tanto de medir el posible impacto en el negocio como de ajustar sus estrategias de manera ágil.
Además, en este entorno global complejo, se requiere que los líderes de esta función actúen como diplomáticos, buscando establecer relaciones sólidas con gobiernos, reguladores y otros actores clave. La diplomacia emerge como una alternativa al activismo corporativo, permitiendo una comunicación más estratégica y balanceada que refuerza la confianza de los stakeholders y protege la reputación de la empresa.
Riesgos reputacionales: más que una cuestión de imagen
Los riesgos reputacionales se posicionan como un segundo desafío clave para los directores de asuntos corporativos. La exposición constante a la opinión pública y los entornos polarizados hace que la gestión de la reputación sea crucial para la supervivencia y el crecimiento empresarial. Las organizaciones deben ser capaces de gestionar su imagen de manera proactiva, anticipando posibles crisis y respondiendo de forma eficaz ante cualquier evento que pueda dañar su reputación.
Cabe señalar que la gestión de la reputación por parte de los asuntos corporativos no es solo una cuestión de comunicación externa, sino también de integración y coherencia interna. La creación de una narrativa corporativa sólida, que esté alineada con los valores y el propósito de la organización, juega un papel clave en este proceso, inspirando a los empleados y permitiendo un cambio cultural que vaya de dentro hacia fuera.
La función de asuntos corporativos: más allá de la gestión de riesgos
La gestión de riesgos es solo una de las áreas donde la función de asuntos corporativos está evolucionando. Hoy en día, se espera que los líderes de esta función jueguen un papel estratégico, contribuyendo al crecimiento y a la generación de valor dentro de la organización. Con la tecnología y la analítica de datos como herramientas clave, los responsables de asuntos corporativos deben estar preparados para anticipar crisis, evaluar su impacto y tomar decisiones informadas.
La adopción de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, es una de las principales tendencias en este sentido. Las herramientas de IA ayudan a los líderes de asuntos corporativos a analizar datos para prever riesgos y oportunidades.
Liderazgo estratégico para gestionar la incertidumbre
En este escenario de incertidumbre geopolítica y escrutinio público, la función de asuntos corporativos enfrenta el reto de equilibrar la gestión de la reputación con la adaptación a un entorno regulatorio cambiante. La anticipación de riesgos, la diplomacia corporativa y una comunicación estratégica basada en datos serán claves para fortalecer a la empresa y mantener la confianza de los stakeholders. Pero el papel de estos líderes va más allá de la gestión de crisis: también tienen la oportunidad de aportar valor a largo plazo, ayudando a las organizaciones a navegar este entorno complejo con una visión estratégica y proactiva.
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