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06 marzo, 2024

Los retos del responsable de Asuntos Corporativos y su siguiente evolución

En un mundo en constante cambio y en el que cada industria está viviendo una disrupción más o menos profunda, el responsable de Asuntos Corporativos se ha convertido en una pieza fundamental. De un modo similar al de las empresas que afirman ser “cliente-céntricas”, para una compañía que desea gestionar estratégicamente sus activos intangibles (tales como el propósito corporativo, la sostenibilidad, la innovación, la reputación, la cultura organizacional, el liderazgo o las marcas), el origen de la creación de valor está fuera de la propia compañía. Si para el Marketing, el cliente es el rey, para los Asuntos Corporativos los grupos de interés son la prioridad.

En este artículo exploro algunos de los principales retos a los que se enfrenta el encargado de liderar los Asuntos Corporativos en un entorno altamente volátil y propongo algunas avenidas y caminos a seguir para que el rol siga evolucionando como un pilar estratégico para toda empresa que pretenda crear valor sostenible y mantener su relevancia en el mercado –y en la sociedad–.

La evolución del rol de Asuntos Corporativos

La función de Corporate Affairs ha evolucionado y sus desafíos son hoy muy distintos a los de hace tan solo una década. Sin lugar a dudas, el nombre que mejor refleja en la actualidad este rol estratégico y con influencia creciente en el C-suite, es el de Chief Corporate Officer (CCO), acuñado e impulsado por Corporate Excellence y ESADE.

Los retos del CCO son multidimensionales y, por lo tanto, las etiquetas exclusivas de “comunicación corporativa” o “asuntos públicos” (entre otras), ya suenan caducas. Más bien considero que debemos referirnos a este rol como uno que va más allá de una función, incluso, más allá de una disciplina. Ante todo, quien lidere los Asuntos Corporativos requiere de una mentalidad integradora y holística y debe ser una persona capaz de trabajar transversalmente con todas las funciones de una organización. Me gusta describir a esta posición como la de una interfaz entre lo interno y lo externo, lo comercial y lo no comercial, lo financiero y lo no financiero. Y es que, en efecto, un CCO trae a la mesa habilidades poco comunes que le confieren la capacidad de ser el agente de cambio que las organizaciones necesitan para su inevitable evolución. Una evolución hacia la nueva forma de hacer negocios comúnmente descrita como el “capitalismo de stakeholders”.

La “C” de Chief representa el asiento ganado en la mesa de los reportes del CEO: el famoso C-suite. En la actualidad los CEO ya dedican una gran proporción de su tiempo a ser garantes de la reputación de la empresa y a mantener relaciones estratégicas con distintos actores. Su nivel de exposición, tanto interna como externa, les otorga la oportunidad (y responsabilidad) de ser agentes transformacionales. De allí que se hable a veces de “CEO activistas” y que se mida su reputación personal como un elemento esencial de la reputación corporativa. No obstante, los CEO no pueden solos. Al igual que sucede con otras posiciones que tienen una presencia de más larga data en el C-suite, el Chief Corporate Officer es un líder que recibe el empoderamiento del CEO para llevar a cabo su mandato estratégico.

La “C” de Corporate refleja lo estratégico de este rol dentro de toda compañía que anhele perdurar ante el paso del tiempo ya que todo lo que impacte positiva o negativamente a una corporación está bajo la tutela de este guardián de los intangibles.

Los retos y las oportunidades del Chief Corporate Officer

En un reciente estudio, la Universidad de Oxford y Globescan analizaron los grandes temas que se encuentran en la intersección entre riesgos para las empresas y oportunidades de la disciplina de Asuntos Corporativos.

Entre los riesgos destacan:

  • La incertidumbre generada por los conflictos geopolíticos que ocasionan disrupciones en cadenas de valor y potencialmente en las macroeconomías. A esto considero que debería sumársele la cada vez más creciente polarización en las sociedades que amenaza con seguir deteriorando los canales de diálogo entre actores y, por lo tanto, con agotar las vías posibles de consensos.
  • En segundo lugar, el riesgo más mencionado es el del cambio climático. Además de lo ya sabido, es decir de los impactos del calentamiento global causados en gran medida por las emisiones de gases de efecto invernadero, se suman las polémicas alrededor del tema y su politización. En efecto, el riesgo ya no solo es mitigar o adaptarse; es evitar el green washing o ser tildados de “woke” (y esto aplica para toda la agenda de desarrollo sostenible, no solamente para la climática).

Del lado de las oportunidades de la función, el estudio resalta tres áreas: 1) la innovación, digitalización e inteligencia artificial (IA), 2) la adaptación al cambio climático y 3) la transición energética justa.

  • El desarrollo tecnológico alrededor de la IA y el Big Data permite un relacionamiento más eficiente y personalizado con los grupos de interés y la toma de decisiones estratégicas fundadas en datos. A pesar de que muchos también ven este mismo tema como una amenaza, lo cierto es que, bien manejado, otorgaría una muy bienvenida dosis de certeza en un mar de incertidumbre y de constante “ruido” en las conversaciones.
  • Si se enfoca el cambio climático y la transición energética desde una perspectiva de negocio, es sin duda una de las más grandes oportunidades tanto para los CCO como para las empresas en general. Un reporte de la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés) acerca de las inversiones de impacto estimó que en el año 2019 existían más de 12 trillones de dólares en activos bajo administración orientados específicamente a temas de ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza). Por otro lado, la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) estima que, solo para alcanzar las cero emisiones (Net Zero) en 2050, la inversión anual en energías limpias a nivel mundial deberá triplicarse hasta alcanzar unos 4 billones de dólares en el 2030. Dicho de otro modo, existe un gran mercado alrededor de la temática de la sostenibilidad.

Los CCO que usen la IA y el análisis de datos y que sepan identificar oportunidades de negocio en el marco de la descarbonización y el cambio climático, no solo sabrán mitigar riesgos clave, sino que también podrán generar valor reflejado en los estados de resultados.

Si quieres profundizar más en el estudio de la Universidad de Oxford y Globescan, Corporate Excellence lo analiza en profundidad en este insight estratégico.

Más allá de las coyunturas: el CCO como agente de cambio

El responsable de los Asuntos Corporativos debe encarnar la proactividad. Para lo reactivo, las empresas ya cuentan con otros perfiles y funciones. Es decir que un CCO debe poder anticiparse a las tendencias y señales que emanan de los mercados y sociedades, estando atento al comportamiento de la competencia y actores, así como a las conversaciones, polémicas y tensiones sociopolíticas desde su gestación. Y esto no es solo para protegerse, sino que es, sobre todo, para crear valor. Por ello es que el Chief Corporate Officer debe ser un agente de cambio capaz de generar impactos positivos para el negocio, la sociedad y el planeta.

Para su siguiente evolución, un CCO debe cumplir con ciertos requisitos:

  1. Ser custodio y embajador del Propósito Corporativo y de la Cultura Organizacional, conectando los propósitos individuales con el propósito de la empresa.
  2. Conocer profundamente el negocio y ser capaz de ver el bosque con el fin de participar activamente en el diseño de las estrategias corporativas integrando los activos intangibles y creando valor para los accionistas y las partes interesadas.
  3. Saber cómo impulsar innovaciones capaces de brindar soluciones de negocio a problemáticas sociales, ambientales o de mercado, identificando océanos azules en los que la competencia es irrelevante.
  4. Gestionar la reputación como un superpoder. Es decir, usarla con el fin de que la empresa y sus líderes sean agentes positivos de transformación social.
  5. Liderar hacia lo interno con confianza e inspiración.  El CCO que toda empresa necesita es aquél que puede inspirar a equipos y a toda una organización a perseguir grandes sueños.

Más que un ejecutivo, el responsable de Asuntos Corporativos del futuro será un emprendedor interno y un agente transformacional.