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closeHoy el liderazgo se considera un activo social de primer orden capaz de transformar y mejorar las organizaciones y la propia sociedad. Por eso, en el debate sobre cómo debería ser un líder se plantea el equilibrio entre la ética de los fines y los medios y se añade también la consideración de terceros.
En el cambio de época que estamos viviendo es necesario adaptarse y cambiar los modelos tradicionales para poder resolver adecuadamente los problemas actuales. Para los autores de El poliedro del liderazgo se requiere un liderazgo más adaptativo y evolutivo, menos anclado en la resistencia y el pasado.
Las responsabilidades tradicionales de un líder (establecer la misión, actualizar los objetivos, mantener el compromiso y responder a los cambios) no pueden ser responsabilidad de una persona, sino que deben estar interiorizadas en la organización a todos los niveles. Por eso hoy hablamos de liderazgo y no de líderes.
El liderazgo en las empresas debe buscar ser auténtico y coherente entre lo que dice y hace teniendo en cuenta las declaraciones corporativas de visión, misión y valores. Sin embargo, los hechos demuestran que todavía debe avanzarse en este sentido.
Por eso, el liderazgo tiene que aspirar a convertirse en ejemplo ético, pero también eficaz de lo que representa toda aspiración humana: la mejora y el progreso de la vida. Sin liderazgo ético y sin líderes que se conviertan en referentes morales no pueden existir proyectos colectivos capaces de actuar en beneficio de la sociedad.
Documento elaborado por Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership citando, entre otras fuentes, la obra El poliedro del liderazgo: una aproximación a la problemática de los valores en el liderazgo de Àngel Castiñeira y Josep Maria Lozano, la obra Creating Leaderful Organizations de Joe Raelin, y la obra Leadership Brand de Dave Ulrich.