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20 enero, 2025
Principales resultados del Edelman Trust Barometer 2025
El Edelman Trust Barometer, en su edición de 2025, examina el estado de la confianza global hacia las instituciones: empresas, gobiernos, medios de comunicación y ONGs. Este informe, considerado una referencia clave para comprender las dinámicas de confianza en el ámbito social y económico, revela que el mundo enfrenta una “crisis de confianza generalizada” motivada por un descontento o malestar social global hacia las instituciones como consecuencia del crecimiento de las desigualdades y la percepción de la falta de respuesta hacia los grandes retos sociales, entre otros factores. En su 25º aniversario, el estudio destaca cómo las instituciones han evolucionado, pero también cómo han fallado en mitigar el descontento y las inquietudes de la población.
El informe no solo identifica un panorama desigual, donde la confianza varía significativamente entre países y grupos socioeconómicos, sino que también señala un cambio en las expectativas hacia las empresas. Estas son vistas como las únicas instituciones capaces de equilibrar ética y competencia, consolidándose como líderes potenciales para abordar los desafíos globales.
Crisis de confianza institucional
Uno de los hallazgos centrales del informe es que la confianza en las instituciones ha disminuido globalmente. La crisis de confianza se refleja en que solo las empresas aprueban en generación de confianza, con un 62% de los ciudadanos asegurando confiar en ellas, mientras que las ONGs registran un 58%, y los gobiernos y los medios de comunicación se sitúan en un 52%. Este escenario de de desconfianza generalizada está impulsado por un descontento global ante la percepción de falta de respuestas para abordar las necesidades de los ciudadanos, particularmente en temas como desigualdad económica, cambio climático y acceso a información veraz.
Sin embargo, se observa una situación más favorable hacia las empresas que son vistas como las únicas instituciones que destacan en ética y competencia, dos dimensiones clave para construir confianza. Además, el estudio desvela cómo, desde 2020, la dimensión ética ha aumentado 19 puntos, consolidándose como actores clave para liderar el cambio social.
Estos resultados están en total sintonía con el estudio que impulsamos en Corporate Excellence sobre El rol y la contribución de las empresas con buena reputación, y donde analizamos las percepciones y las expectativas sociales hacia las grandes empresas. Factores como el cumplimiento de promesas, la capacidad para generar impacto positivo y la promoción de la inclusión explican este aumento en competencia y ética.
En contraste, los gobiernos son considerados ineficientes y poco éticos, y los medios enfrentan críticas por su incapacidad para proporcionar información confiable, con un 63% de los ciudadanos expresando preocupación por la dificultad de distinguir entre fuentes confiables y desinformación.
Desigualdad y brechas en la generación de confianza
El informe destaca una brecha de confianza significativa entre los grupos de ingresos altos y bajos, lo que refuerza las tensiones sociales. En 22 de los 28 países estudiados, los encuestados con ingresos más altos reportaron niveles de confianza considerablemente mayores que aquellos con ingresos bajos. Tailandia, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos lideran en desigualdad de confianza basada en ingresos, mientras que, en países desarrollados como Alemania, España y Japón, la confianza es baja en todos los niveles socioeconómicos.
La desigualdad también se manifiesta en las percepciones generacionales. Menos del 20% de los encuestados en países desarrollados cree que la próxima generación estará mejor, un indicador de pesimismo sobre el futuro.
Descontento, malestar y resentimiento hacia las instituciones
El estudio identifica un descontento o resentimiento generalizado hacia las instituciones, fruto de la percepción de injusticia o perjuicio que las personas sienten, particularmente, hacia las empresas, gobiernos y élites económicas. Este sentimiento surge cuando las personas perciben que el sistema está diseñado para beneficiar a unos pocos privilegiados mientras perjudica a la mayoría. Según el informe, el 61% de los ciudadanos reporta un nivel moderado o alto de descontento o resentimiento (grievance en inglés) hacia las instituciones.
Se observa, a su vez, que las personas con altos niveles de descontento son más propensas a desconfiar de la inteligencia artificial y de los líderes empresariales, y demandan mayor acción de las instituciones para abordar problemas sociales como el cambio climático, la desinformación y la discriminación.
El nivel de resentimiento es más alto en países desarrollados como Alemania, Japón y el Reino Unido, donde menos del 20% de la población cree que la próxima generación estará mejor que la actual. En contraste, en países en desarrollo como China, India o los Emiratos Árabes Unidos, el descontento es menor porque las personas perciben que las instituciones están generando progreso económico y social para la mayoría.
Ventana de oportunidad para las empresas y principales líderes empresariales
Las empresas son vistas como actores fundamentales para abordar los desafíos sociales. Un 85% de los encuestados considera que las empresas tienen la obligación de ofrecer empleos bien remunerados y capacitar a sus empleados para ser competitivos. Este hallazgo subraya un cambio en las expectativas: más allá de generar beneficios económicos, se espera que las empresas lideren iniciativas que promuevan el desarrollo social y mitiguen desigualdades.
Además, los encuestados creen que los CEOs están legitimados para abordar problemas sociales si sus acciones pueden mejorar el desempeño empresarial o tener un impacto positivo. Esta percepción otorga a los líderes empresariales una “licencia para actuar”, especialmente en temas como sostenibilidad, inclusión y capacitación laboral.
El estado de la confianza en los medios de comunicación
El informe muestra un deterioro en la confianza hacia todas las fuentes de información. El 52% de los encuestados confía en los medios tradicionales, mientras que las redes sociales registran un nivel de confianza aún más bajo –solo 4 de cada 10 ciudadanos confían en ellas (42%)–. Además, un 63% de los ciudadanos expresa preocupación por la dificultad de distinguir entre información confiable y engañosa, lo que refuerza la necesidad de fuentes periodísticas más responsables y en avanzar en mecanismos y modelos que permitan evitar la desinformación.
Reputación corporativa como activo estratégico para recuperar la confianza
El informe destaca que las empresas son percibidas como las instituciones más capaces de generar un impacto positivo. Sin embargo, este liderazgo depende de su capacidad para gestionar de manera proactiva su reputación y la mitigación de riesgos reputacionales. Una reputación positiva construye confianza, reduce tensiones y la percepción de resentimiento social, creando un círculo virtuoso de colaboración, esperanza y optimismo a futuro.