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Publicado por Unai Admin

18/07/2025

Digitalización y sostenibilidad, las grandes palancas de cambio

La digitalización y la sostenibilidad son las dos grandes palancas de cambio para abordar la era pos-Covid, según se puso ayer de manifiesto durante el II FORO ECONÓMICO INTERNACIONAL EXPANSIÓN, organizado en colaboración con el think tank The European House Ambrosetti. “La transición energética, la transformación digital y la robotización son pilares estratégicos en la espiral de innovación en la que estamos”, resumió Amparo Moraleda, consejera independiente de Airbus, Maersk, CaixaBank y Vodafone, durante su intervención en la mesa redonda sobre digitalización y transición sostenible. En su intervención, la exdirectiva de IBM e Iberdrola remarcó que el gran reto actual “es dejar atrás el Covid, recuperar la demanda y liderar la descarbonización”. Un mensaje que comparte Helena Herrero, presidenta de HP para el Sur de Europa, quien resaltó cómo “la innovación y la sostenibilidad van a ir unidas en la salida de la pandemia”. La ejecutiva puso encima de la mesa uno de los grandes retos a los que se enfrenta la economía española: la digitalización de la pyme. “Hay que ayudar a la pyme”, incidió, y recordó el enorme peso que tiene en el tejido empresarial español. La directiva de HP remarcó la imperiosa necesidad de que las organizaciones aborden estos procesos de transformación puesto que “las empresas que no sean digitales no se mantendrán”, alertó. En este sentido, Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de CEOE, coincidió en que el gran reto es la digitalización de la pyme. “La gran empresa española no tiene nada que envidiar”, señaló. En su opinión, los fondos europeos deben servir para “transformar el tejido productivo mediante la digitalización”, con el foco en la pyme y en la necesaria formación y capacitación digital. Asimismo, el vicepresidente de la patronal española destacó los progresos que ha realizado España en términos de digitalización, como muestran algunos de los indicadores del Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI), donde España brilla en ámbitos como los servicios públicos digitales y la conectividad. Innovación Sin embargo, puso el acento en la necesidad de abordar mejoras en el marco de la innovación. “Los incentivos a la I+D+i son muy mejorables si queremos innovación digital”, subrayó Fernández de Mesa, que insistió en la necesidad de “un sistema fiscal que apoye la innovación”. Una digitalización en la que hay que entender “el potencialde los datos”, según señaló Helena Herrera, que insistió en la necesidad de que las empresas sean conscientes “de cómo la tecnología ayuda al negocio, cómo lo transforma”. En este salto digital no se pueden obviar los aspectos de ciberseguridad, como apuntó Moraleda. La ejecutiva señaló que ésta es una de las preocupaciones de los consejos de administración. “En la guerra fría tecnológica, la ciberseguridad se posiciona como un escenario crítico”, explicó. Sostenibilidad Durante la mesa redonda se puso de manifiesto la ligazón existente entre digitalización y sostenibilidad. “Si repasamos los objetivos de desarrollo sostenible, en todos la tecnología es un habilitador”, apuntó Helena Herrero. Un punto en el que coincidió Mariangela Marseglia, vicepresidenta y directora general de Amazon para España e Italia, que durante su intervención repasó el compromiso de Amazon con la sostenibilidad. Así, la ejecutiva recordó que en 2019 Amazon se comprometió aalcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en 2040. Entre sus objetivos, el gigante de comercio electrónico se ha propuesto que en 2025 sus operaciones empleen energía 100% renovable y que en 2030 el 50% de los envíos tengan huella cero. “El comercio electrónico es tres veces más sostenible que la venta minorista”, dijo. La ejecutiva aseguró que “Amazon es el mayor comprador comercial de energías renovables del mundo” y explicó que este compromiso verde se extiende a España, donde se han anunciado cuatro proyectos de energía solar, con los que la compañía de comercio electrónico tendrá en nuestro país 369 MW de capacidad renovable. “España se encuentra dentro de los países donde estamos más avanzados”, destacó. Asimismo, desgranó iniciativas para reducir el impacto de los embalajes y resaltó la apuesta de Amazon por la movilidad eléctrica, que se traduce en la compra de 100.000 vehículos eléctricos. “El año que viene ya habrá 10.000 de estos vehículos rodando, lo que evitará muchas toneladas de emisiones”. Marseglia también abordó un tema de actualidad como es la fiscalidad de las grandes corporaciones. Preguntada al respecto, valoró positivamente el reciente acuerdo de los ministros de Finanzas del G7 para fijar las bases de la nueva fiscalidad internacional mediante un impuesto mínimo universal del 15% para las grandes corporaciones. “Damos la bienvenida al trabajo del G-7”, dijo. La ejecutiva matizó que la compañía “está a la espera” de ver los documentos que elabore el G-20 en su próxima reunión en Venecia, pero aplaude que se produzcan cambios regulatorios si son multilaterales en la línea de lo acordado por el G-7. “Siempre hemos dicho que son bienvenidos los cambios en la legislación si son multilaterales”, apuntó, y criticó que “algunos países hayan tomado decisiones unilaterales, lo que crea distorsiones”. Por eso, aseguró que el marco que se ha establecido “es positivo”. Estabilidad regulatoria El ámbito regulatorio también estuvo presente en el Foro en relación con la transición energética. Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de la CEOE, reclamó estabilidad jurídica para abordar con garantías de éxito la transición energética. El vicepresidente de CEOE recordó que la transición verde requiere de muchos recursos, pero las finanzas públicas “están profundamente tocadas” por la pandemia, por lo que “si no hay financiación del sector privado no va a haber transición energética”. Fernández de Mesa subrayó el compromiso privado, pero alertó de las consecuencias negativas derivadas de implementar “cambios normativos repentinos que generan imprevisibilidad y coste en la transición”. En este sentido, el portavoz de la CEOE remarcó la necesidad de contar con un marco que dé “estabilidad regulatoria y previsibilidad”. Y añadió que “los vaivenes en la regulación” se traducen en un mayor coste de financiación, por lo que “la transición verde será más costosa”, lo que repercutirá negativamente en los consumidores. Prieto, M. (10 de junio de 2021), Digitalización y sostenibilidad, las grandes palancas de cambio. Expansión. pp. 6.


Publicado por Unai Admin

18/07/2025

El capitalismo positivo

Un 80% de los consumidores a nivel global cree que las empresas deben tener un rol social y un 86% de los trabajadores considera que sus empresas tendrían que tener un papel activo en la sociedad y con respecto al medio ambiente. Otros estudios en EEUU reflejan que el 90% de los trabajadores estaría dispuesto a cobrar menos y trabajar en una compañía más comprometida y el 83% de la generación Z quiere trabajar en empresas con propósito. Los valores de la sociedad han cambiado y las inversiones ahora se guían por el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. El capitalismo de los shareholders o accionistas ha dado paso al capitalismo de los stakeholders y la transparencia exigida en el mercado de valores ahora se traslada al lineal del supermercado. Para ello hace falta información y empoderar al consumidor para que sea capaz de exigir, o al menos diferenciar, entre las empresas que cumplen con las nuevas exigencias sociales y medioambientales y las que no. Surgen así iniciativas como B Corp, certificación que valida a las empresas con impacto positivo en la sociedad, garantía de que se cumplen elevados estándares medioambientales y de sostenibilidad, pero también económicos y sociales de transparencia pública y responsabilidad empresarial para equilibrar el beneficio con el propósito, "de compromiso por reducir la desigualdad y la pobreza, por fortalecer las comunidades y crear empleos de alta calidad con dignidad". En el mundo, hay cerca de 4.000 empresas certificadas B Corp, y en España llegan al centenar. Entre éstas, figuran Danone, Ecoalf, Central Lechera Asturiana, Artiem, Patagonia, Holaluz, Isdin o Triodos Bank. Compromiso Danone fue una de las primeras grandes en entrar en España. B Corp, que nació en 2007 en EEUU, llegó a España en 2014 y en 2016, la empresa láctea ya formaba parte de él. "La entrada de una compañía de gran tamaño supuso un cambio, pues motivó el interés de empresas de ese nivel por el movimiento", explica Pablo Sánchez, director general de la Fundación B Lab. Pero el gran cambio llegaría con la pandemia. "Llevábamos una tendencia positiva de crecimientos del 30% anual de empresas miembro, que en la crisis del coronavirus se ha acelerado. Las empresas se han dado cuenta de que la sostenibilidad es un elemento estratégico de la compañía y de competitividad", señala Sánchez. "Sólo en 2020 tuvimos 1.500 empresas registradas para usar la herramienta que ofrecemos para medir el impacto positivo de una compañía -otra cosa es la certificación, algo que sólo supera poco más del 5%-. Este 2021, contamos con incrementar en un 70% estos registros, pues nos movemos en cifras de unas doscientas empresas registradas al mes. Aunque solo terminan certificándose unas pocas, para nosotros es igual de importante pues es el inicio del cambio. Incluso tenemos petición de cuatro empresas cotizadas del Ibex 35, para las que supone un cambio más complejo, pues además del cumplimiento de los estándares mencionados deben modificar los estatutos sociales y aprobarlos en junta de accionistas", explica el directivo. Las tendencias de inversión avanzan hacia el empleo de criterios EDS y la compañía que no lo haga, está condenada porque una vez el consumidor tenga opciones similares, una sostenible y otra no, "elegirá a la sostenible". ¿Aunque sea más cara? "El precio lo corregirá el mercado, lo vemos con el gravamen a los plásticos de un solo uso o en el auge de precios de las emisiones de CO2. Habrá una creciente corrección y mayor regulación, por lo que quien haya empezado el proceso antes, estará mejor posicionado y ganará cuota de mercado", explica Sánchez. Ejemplo práctico de esto último es el caso de Central Lechera Asturiana. En Capsa, matriz de la marca, donde llevan trabajando en ello desde 2013. "Ese año tocamos suelo de cuota de mercado, por lo que nos centramos en trabajar la reputación de la compañía, a través del impacto positivo en nuestro entorno. Luego, buscamos una forma de certificarlo y validarlo y encontramos B Corp", explica José Armando Tellado, CEO de la compañía y además presidente de Fenil y consejero de FIAB. Para entrar a formar parte de la lista de empresas B Corp "no vale sólo el compromiso y acreditar determinados parámetros de sostenibilidad. Supone toda una estrategia corporativa, en la que se pone al mismo nivel tanto lo social como lo medioambiental, dar garantía a los ganadores de que tendrán su renta a final de mes y garantizar una explotación a futuro", explica Tellado. El poder de la información B Corp es la forma en la que la empresa muestra su compromiso con los trabajadores, consumidores y el planeta, pero hay otra forma de compromiso en la que el sujeto activo es el consumidor: Knowcosters, plataforma a través de la cual se busca promover un consumo informado, "que los consumidores puedan decidir, con la misma libertad, pero sabiendo de dónde vienen y a dónde nos llevan los productos y servicios que consumimos", apunta Tellado. Siete de cada diez consumidores son capaces ya de cambiar sustancialmente sus hábitos cuando disponen de información relevante sobre los productos o servicios que consumen y las consecuencias que éstos pueden provocar en nuestro mundo. Entre los mecanismos disponibles de información figuran la huella fiscal (HF), un distintivo que informa del país donde pagan sus impuestos (IVA e Impuesto de Sociedades), y que ya está en más de cien tiendas en España; o el Triple Marcaje, una propuesta para que las marcas informen al consumidor no solo del PVP, sino también del coste para el estado del bienestar y el planeta. "Con B Corp, la empresa es el agente del cambio; y con Knowcosters se apodera al consumidor". "Es el consumidor el que ejerce su poder con sus actos de compra", apunta Tellado, ejemplo de líder que cree en lo que hace y de los que hacen falta más, como reconoce Sánchez. "Hacen falta más líderes que crean de forma genuina para convencer a inversores y accionistas, directivos que actúen como activistas de este modelo empresarial, con una influencia e importancia decisivas". Ellos impulsarán los sellos y certificaciones que pronto estarán en el packaging -"dude del producto que no lo tiene", advierte Tellado-. Es el inicio de un nuevo capitalismo, en el que las certificaciones ayudarán al consumidor a elegir mejor. Junco, L. (9 de junio de 2021). El capitalismo positivo. Expansión, pp. 52.


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18/07/2025

BBVA amplía sus retos sostenibles tras pulverizar la meta de financiación

A BBVA se le han quedado pequeñas las metas de sostenibilidad que se ha impuesto; tanto, que ya está pensando en revisarlas. El banco presidido por Carlos Torres fue uno de los pioneros en ir más allá de los compromisos internos en defensa del medio ambiente y decidió poner el dinero a trabajar para que sus clientes dispusieran de recursos para enfrentar la lucha contra el cambio climático y la transición hacia una economía más verde. Ahora quiere elevar la apuesta. El compromiso asumido en 2018 de movilizar 100.000 millones de euros hasta 2025 en sostenibilidad es el que centra su meta. El banco ya iba con adelanto cuando hizo el año pasado el recuento de lo que llevaba movilizado entre 2018 y 2020, pero eso no le ha hecho pisar el freno. BBVA ha dado una nueva vuelta de tuerca a su andanada en el primer trimestre de este año y ha sumado más de 8.000 millones de euros extra a la cifra que tenía acumulada. Adelanto Eso supone hacer en tres meses casi la mitad de todo lo conseguido el ejercicio pasado y llevar el total acumulado desde 2018 hasta los 59.000 millones de euros, según los datos oficiales a marzo del banco. Lleva casi el 60% de su compromiso global a 2025 en poco más de tres años y le quedan cerca de otros cinco para conseguir los 40.000 millones restantes. Pero ésta no será la cifra final. El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, ha anticipado que habrá una nueva cantidad más alta a corto plazo. Y no sólo por el deseo de ayudar a la humanidad, sino también a ellos mismos. “Es una prioridad estratégica para nosotros y lo hacemos porque es bueno para la sociedad y para nosotros, pero también porque es rentable y hay mucho negocio. Hay mucho dinero en inversiones sostenibles y numerosos préstamos que dar. Por eso vamos a subir la cifra pronto”, aseguró durante la presentación de resultados del primer trimestre. La mayor parte del dinero movilizado por BBVA ha sido en forma de financiación verde (cerca del 60% del total), pero también hay fondos que han ido a la inclusión financiera y el emprendimiento, a las infraestructuras sociales, al agrobusiness y a otras iniciativas sostenibles. BBVA no es el único banco que se ha visto sorprendido por el impulso que ha tomado el dinero verde. Deutsche Bank anunció hace unos días que adelanta dos años, a 2023, su compromiso de movilizar 200.000 millones de euros en financiación sostenible y eso que la entidad alemana se había puesto esa meta en 2020, mucho más tarde que otras firmas y cuando la marea ESG (siglas en inglés de medioambiental, social y de gobernanza) ya estaba en pleno apogeo. Los bancos de todo el mundo se han dado cuenta de que son la puerta por la que muchas empresas entran en la sostenibilidad y que tienen la responsabilidad “de ayudar a los clientes en la transición hacia el futuro sostenible”, señala BBVA. Con esa idea en la cabeza, la entidad acaba de revisar su plan estratégico para dar un impulso a la sostenibilidad en todas sus vertientes. Lo ha hecho con dos nuevos compromisos. BBVA dejará de financiar a empresas que tengan actividades relacionadas con el carbón. Su exposición será nula antes de 2030 en los países desarrollados y antes de 2040 en el resto de los mercados donde tiene presencia. Para 2050, además, todas sus carteras de crédito y de inversión serán neutras en emisiones netas de gases de efecto invernadero. Y pronto se unirá a estas dos medidas el aumento del dinero a movilizar en ESG. Acompañamiento Para no dejar por el camino a las empresas que utilizan sus servicios y que operan en segmentos más contaminantes, BBVA complementará su estrategia con la asesoría sostenible para cambiar los modelos de negocio. Usará su “posición para influir sobre el comportamiento de los clientes”, destaca. Tampoco olvidará el flanco social. Dentro de su estrategia ESG, BBVA pondrá especial atención en apoyar la prestación de servicios financieros a los colectivos desbancarizados. Abril, I. (2 de junio de 2021). BBVA amplía sus retos sostenibles tras pulverizar la meta de financiación. Expansión, pp. 26.


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18/07/2025

Impulso a las políticas no financieras

Esta década del siglo XXI marcará un antes y un después en el avance de algunas de las tendencias que hacia un buen gobierno corporativo habían venido observándose recientemente, reforzadas por la volatilidad política y económica y las demandas a las empresas y a sus órganos de administración por parte de sus grupos de interés, desde Administraciones a accionistas, inversores, empleados, consumidores y sociedad. Un impulso que, lejos de frenarse por la crisis del Covid-19, ha puesto de manifiesto la necesidad de adoptar más rápidamente algunos de estos cambios. A los desafíos competitivos y económicos existentes, las empresas tendrán que sumar los retos regulatorios para mitigar riesgos. En este sentido, la normativa sigue evolucionando, imponiendo su carácter obligatorio. La Comisión Europea se ha comprometido a revisar la Directiva sobre divulgación de la información no financiera de 2014, tras constatarse que la divulgación de las políticas ambientales, sociales y de gobierno no es suficiente para medir, supervisary gestionar su impacto en la sociedad y el entorno. Por eso, como parte del Pacto Verde, la Comisión Europea ha lanzado una consulta pública para avanzar en este proceso, una revisión que pretende proporcionar datos homogéneos sobre cómo la actividad empresarial impacta en la sociedad y el medio ambiente y cómo se tratan los potenciales riesgos ligados a la sostenibilidad. Cambios Es previsible, según señalaba un reciente estudio publicado por Georgeson y el Club de Excelencia en Sostenibilidad, que los cambios en la Directiva den lugar a un mayor desarrollo reglamentario que contribuya a resolver dudas sobre la aplicación de la ley para que todas las empresas publiquen la información siguiendo estándares comunes. Y es que los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno) ganan peso a pasos agigantados, especialmente entre grandes inversores. Gestoras como BlackRock han añadido el cambio climático como eje central de su estrategia de inversión y dejará de invertir en proyectos con elevados riesgos de sostenibilidad. Una política que ya seguían otros inversores como el Fondo Noruego de Pensiones, que no participa en empresas de carbón, tabaco, armamento o aceite de palma. Más de 40 gestoras, entre ellas, Allianz Global Investors, BlackRock Standard Life o Vanguard, se acaban de unir a la iniciativa Net Zero Asset Managers, que ahora agrupa a 73 entidades con 32 billones de dólares en activos bajo gestión, con el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus carteras. El marco regulatorio incluye la aprobación en España de la ley que traspone la Directiva europea de fomento de la implicación a largo plazo de los accionistas. En virtud de ésta, los gestores de activos y otros inversores institucionales tendrán que hacer públicas, con carácter anual, sus políticas de implicación y cómo las aplican. Además, los emisores tendrán derecho a conocer la identidad de los accionistas y beneficiarios últimos de los derechos económicos y políticos de las acciones. Se introducirían también las denominadas acciones de lealtad, permitiendo que los estatutos otorguen derechos de voto adicionales a los títulos que haya mantenido su titular ininterrumpidamente durante un mínimo de dos años. Juntas virtuales La digitalización será un reto de los consejos de administración. Espoleada por las medidas sanitarias del Covid, avanza y un ejemplo son las reuniones telemáticas de los consejos y, sobre todo, las juntas de accionistas. Este año, gran parte de las cotizadas españolas celebrará esta reunión de modo exclusivamente virtual. Pero el gran desafío sigue siendo la presencia de mujeres en los consejosy en la alta dirección. La última revisión del Código de Buen Gobierno elevó del 30% al 40% en 2022 el umbral mínimo para la presencia de las mujeres. Aunque sigue siendo una recomendación, frente a la obligatoriedad de países como Francia, que acaba de fijar por ley que deben ocupar al menos el 30% de los puestos de responsabilidad en cinco años y el 40% en ocho años, con una sanción para las empresas incumplidoras equivalente al 1% de su masa salarial. En España, el Ibex apenas supera el 30% de presencia femenina, un porcentaje que aún dista en el resto de las cotizadas. Grandes inversores y proxy advisors (asesores de voto) están tomando medidas en este sentido. Algunos han anunciado que votarán en contra de la reelección del presidente de la comisión de nombramientos en las empresas que no alcancen el umbral mínimo. Como ejemplo, el Fondo Noruego, que ha informado a las empresas en las que participa que las mujeres deben ocupar al menos el 30% de los asientos del consejo y que deben establecer objetivos para la diversidad de género. Esta medida afecta a las más de 9.000 compañías de las que el Fondo es accionista (81 españolas). Medida, A. (27 de mayo de 2021) Impulsoa las políticas no financieras. Expansión, pp 210.


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18/07/2025

Marcas con tradición versus los valores de la nueva generación

La adaptación a los nuevos tiempos para una marca se da en todos los ámbitos del branding, desde el diseño, hasta, por supuesto, los valores que cambian, o deberían cambiar, al mismo ritmo que los de sus consumidores. Los valores, como la mujer del César, son la forma en que una marca se comporta (cultura corporativa propia) y se muestra, de forma tanto visual como en el discurso de sus mensajes. “En muchas compañías con larga trayectoria, los valores que las rigen son fruto de su propia historia y de la de sus directivos, corriendo el riesgo de no evolucionar de acuerdo a la sociedad. Frente a éstas, las compañías de nueva creación cuentan con la ventaja de haber nacido orientadas a un mercado actual”, advierten desde la consultora Branward, tras realizar una comparativa entre aquellas marcas tradicionales con respecto a las emergentes en Banca, Turismo, Telecomunicaciones y Energía. En líneas generales, se dividen en cinco grupos de valores o premisas que rigen la cultura corporativa. En primer lugar, están los valores orientados al cliente o usuario: la satisfacción del cliente está en el centro de todas las decisiones. Sus mensajes destacan por incluir descripciones del tipo “somos empáticos”, “cercanos”, “hacemos las cosas fáciles”, “creamos experiencias únicas”, etc. Luego están las firmas que se orientan al empleado, que ponen de relieve el valor de los equipos para el desarrollo del negocio. “Potenciamos el crecimiento profesional”, “unimos la suma de capacidades”, “diversidad e inclusión”, “comprometidos con nuestra gente” son sus máximas. En aquellas empresas donde la fuerza de sucultura se sustenta en la fortaleza económica o el liderazgo de la compañía, según Branward, el lenguaje por le que se opta es el de “orientación al crecimiento del negocio”, “estabilidad y solidez” o “atractivo para inversores”. Por supuesto, se ve que la mayoría busca incluir valores de responsabilidad social corporativa. Forman parte de esta orientación la “integridad”, “honestidad”, “transparencia”, “respeto” o “desarrollo sostenible”. Banca Tanto la banca tradicional como la nueva banca se orienta a la excelencia y al cliente, este último, más presente en la nueva generación de entidades financieras. En firmas como Open Bank, Singular Bank o Evo Banco, “los productos o servicios están creados a través de la escucha de las necesidades de los usuarios, son más transparentes y se rigen por la sencillez, el respeto, la humanidad y la honestidad. Pero mientras que se focaliza en el cliente externo, ha dejado de lado al interno. Ha comprendido bien las demandas de los consumidores, pero debería preocuparse más en incorporar entre sus valores una visión transversal de la importancia de las personas”, advierten desde la consultora. Bancos como BBVA, Santander, CaixaBank, Bankia o Sabadell ponen en valor la importancia que tiene para ellos el cuidado de sus empleados, un buen equipo de profesionales, bien formados, “un aspecto al que los nuevos bancos no hacen referencia”. Compromiso, empatía, integridad,confianza, ambición, profesionalidad y sostenibilidad son los valores con los que se asocia la banca tradicional. Turismo En este sector, se ve una unificación de valores tanto en compañías tradicionales, como Barceló, Iberostar, Meliá, NH Hotel Group; como en otras más recientes como Room Mate, Unusual o B&B. Hablan de respeto, transparencia, excelencia, honestidad, satisfacción de clientes, espíritu de servicio, cercanía, superación y siempre, experiencia del usuario. La principal diferencia es que las nuevas marcas se muestran más dirigidas hacia los trabajadores como eje central de su cultura. “Los empleados se convierten en uno de los ejes principales en el ADN. Toman una visión desde el interior de las compañías, mientras que los tradicionales parten desde el exterior. Telecomunicaciones Destaca que sólo el 25% de las marcas tradicionales –Telefónica, Vodafone y Orange– profundiza en la sostenibilidad y el medio ambiente. El resto, según la consultora, “lo incluyen vagamente”. Operadores más jóvenes como MásMovil, Lowi o Yoigo toman una visión más amplia del concepto, destacando cómo la honestidad y la sencillez hacen más fácil lavida de las personas. Nuevas y tradicionales ponen en valor su orientación al consumidor y basan su modelo de negocio en las demandas de los usuarios, ajustando su oferta y precio a estos. Pero “mientras que el 50% de las marcas de telecomunicaciones tradicionales se define como abierta, adaptada a las necesidades de los clientes, ofreciendo amplia variedad de paquetes comerciales, sólo el un cuarto de ellas ofrece productos personalizados”. Honestidad, espíritu de equipo, cuidado al cliente, conectividad, transparencia y cooperación rigen en el modelo tradicional. En las más modernas: sencillez, transparencia, libertad y honestidad y accesibilidad en la oferta. Energía Repsol, Endesa, Cepsa, Iberdrola o Naturgy ponen en valor el talento y las personas, aunque en el servicio a los clientes no destaca la personalización de productos y servicios. “Han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades, apostando por la sostenibilidad y el talento, poniendo el foco en el compromiso y la preocupación por la sociedad y el medio ambiente, a la vez que dan importancia al liderazgo y a la formación de las personas”. Por su parte, compañías como HolaLuz o EDP “marcas nacidas bajo la mayor conciencia de la sostenibilidad, vertebran su esencia bajo este concepto. Están más enfocadas al cliente a través de la personalización, la adaptación a las necesidades y en ocasiones al coste y ahorro en sus tarifas”. La orientación al empleado es la perjudicada de este segmento, aunque las marcas tradicionales se muestran más abiertas a trabajar por ofrecer mejores condiciones a sus trabajadores. Junco, L. (5 de abril de 2021), Marcas con tradición versus los valores de la nueva generación, Expansión, pp 36


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18/07/2025

Decálogo para presentar el informe de sostenibilidad

Del Ibex a LaLiga, miles de empresas españolas llenan cada año hojas de Excel para rendir cuentas sobre cuestiones que no modifican directamente la fórmula que calcula su beneficio o su facturación, pero que son determinantes en sus resultados: la información no financiera que, según la CNMV, irá cobrando cada vez más importancia. Estos datos se engloban en el también denominado “informe de sostenibilidad” para reportar cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Unas siglas que abarcan desde el reciclaje de residuos hasta los derechos humanos, pasando por la privacidad de los datos o las relaciones con los proveedores. Muchas empresas llevan mucho tiempo preocupadas por estas cuestiones. Pero fue hace tres años cuando la sostenibilidad recibió un empujón definitivo en España de la mano de la Ley 11/2018 de 28 de diciembre, que transpone una Directiva Europea. Una norma que cada año ha ampliado su espectro y que ya exige a más de 5.000 empresas en España redactar ese informe anual, que debe ser verificado por un prestador de servicios de verificación independiente. Todo un sello de calidad legal para áreas como la relación de una empresa con el clima, sus proveedores y su plantilla o la forma en que respeta los derechos humanos o la lucha contra el fraude, entre otros capítulos. Pero 5.000 sociedades es sólo un tentáculo de una red de sostenibilidad por la que muchas otras compañías reportan estas cuestiones por cultura, moda o presión de otros agentes externos. “Más allá de la ley, los inversores son los verdaderos activistas que presionan para que las empresas ayuden a la transición de bajo carbono, a no tener brecha salarial o menos accidentes...”, avisa Alberto Castilla, socio del área de sostenibilidad de EY. “Es una cuestión de calidad del management”, agrega el experto, que incide en que se trata de una función transversal a todo el organigrama en las grandes empresas. Dicho de otro modo: “Ahora, y cada vez más, las compañías, además de dar sus resultados financieros, deben explicar cómo lo ganan y su impacto en el entorno.... Así el inversor puede tomar decisiones también por cuestiones como el cambio climático”. Desde PwC, Pablo Bascones, socio responsable de sostenibilidad y cambio climático, coincide en que la necesidad de informes ESG llega también por la demanda de inversores (BlackRock dejará de invertir en empresas contaminantes en 2050), reguladores e incluso consumidores. Con estos catalizadores, apunta que “en España ya veníamos verificando desde hace aproximadamente 15 años las memorias de sostenibilidad voluntarias”. No obstante, avisa de que han surgido dos cuestiones de la ley: “Se incorporan indicadores que no se reportaban hasta el momento y se ha multiplicado por ocho el número de empresas que estábamos verificando”. En la misma línea, Ramón Pueyo, socio responsable de sostenibilidad y buen gobierno de KPMG, apunta que este ejercicio regulatorio “debe servir para aumentar la sensibilidad de las compañías sobre estas cuestiones y hacerse la reflexión sobre la sostenibilidad y su impacto en el modelo de negocio y estratégico de las empresas”. ¿Su consejo? Primero “dedicar tiempo a traducir qué hay que hacer, interpretarlo y ver cómo dar respuesta”. “Nunca es perfecto a la primera, pero tiene que salir lo suficientemente bien como para cumplir la ley y ver oportunidades de mejora y entender mejor qué es la transformación sostenible, el mundo va en esta dirección”. Pueyo avisa de que “ninguna compañía inteligente es ajena a la circunstancia de que la transformación sostenible y la digital son los principales drivers que están afectando a los mercados”. La tendencia que se aprecia en Deloitte es similar. “Los clientes que nos solicitan apoyo mediante consultoría en sostenibilidad han crecido exponencialmente en los últimos años”, señalan Concha Iglesias, socia responsable de sostenibilidad de Deloitte España, y Ana Sánchez Palacios, socia de Audit&Assurance de Deloitte y experta en Sostenibilidad. Coinciden en que las compañías “ya ven valor añadido para el negocio en los proyectos de sostenibilidad, ya sea porque les permite adaptarse a las expectativas de sus grupos de interés, porque aportan diferenciación” o porque abren la vía para “desarrollar productos y servicios para el futuro en el que la consideración de la sostenibilidad será imprescindible para su supervivencia, entre otros”. ¿Hay multas? No elaborar este reporte no financiero o no aportar su informe de verificación “conlleva que cuando una empresa vaya al registro mercantil a depositar las cuentas pueda no practicarse el depósito de las cuentas por falta de un documento que es requerido por ley”, alerta Bascones (PwC). “En este caso, se podría considerar que no se han depositado las cuentas anuales dentro de los plazos y esto podría conllevar una sanción prevista en la ley de sociedades de capital (no en la de información no financiera) de entre 12.000 y 60.000 euros que impondría el ICAC”. Si la sociedad o grupo de sociedades tuviera un volumen de facturación anual superior a 6 millones de euros el límite de la multa para cada año de retraso podría elevarse a 300.000 euros. Pero el efecto que genera más inconveniente no es la sanción per se, “sino el hecho del cierre de la hoja registral, así que la sociedad no puede presentar ningún documento o inscripción”. No se podría, por ejemplo, “presentar una ampliación de capital o una fusión”, operaciones que “suelen conllevar un carácter de urgencia”. Hasta ahora, no obstante, “en la práctica no se han impuesto este tipo de sanciones”. Mazo, E. (2 de abril de 2021), Decálogo para presentar el informe de sostenibilidad, Expansión, pp. 4.


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18/07/2025

Los asuntos éticos, ambientales y sociales, en el punto de mira

La consideración de los aspectos sociales, ambientales y éticos (ESG) a la hora de configurar los criterios de inversión ha adquirido relevancia en los últimos años, y todos los indicios muestran que esta importancia seguirá creciendo. De hecho, en la estrategia de influyentes inversores, la gestión del capital, la estrategia a largo plazo, el propósito y el cambio climático son elementos fundamentales. Entre enero y noviembre de 2020, se invirtieron 288.000 millones de dólares en activos sostenibles en todo el mundo, un 96% más que en todo 2019. Pero la aparición del Covid y la crisis económica y social ha propiciado un mayor escrutinio de los temas ESG por parte de inversores institucionales y proxy advisors (asesores de voto). Su apoyo a las propuestas relacionadas con estos asuntos de los accionistas ha aumentado, continuando a su vez la convergencia con el activismoaccionarial. La sexta edición del Observatorio de la Inversión ESG de Georgeson y el Club de Excelencia en Sostenibilidad, en colaboración con IE Business School y Endesa, pone de manifiesto la importancia que los inversores otorgan a los asuntos ambientales, sociales y éticos como palanca de generación de oportunidades y reducción de riesgos. En este sentido, durante la temporada de juntas 2021, inversores institucionales y proxys evaluarán demanera más estricta la gestión de los asuntos ESG de las cotizadas españolas. ‘Reporting’ El estudio incluye conclusiones y recomendaciones, destacando la relevancia que cobrará el reporting de la información no financiera. La demanda de mayor transparencia y estandarización por parte de los grupos de interés ha impulsado a las empresas a informar sobre su desempeño, reflejándose en la aparición de marcos internacionales de reporting, con estándares como GRI (Global Reporting Initiative), SASB (Sustainability Accounting Standars Board), IIRC (International Integrated Reporting Council) o TCFD (Task Force on Climate-related Financial Disclosures). También ha evolucionado la normativa europea, imponiendo su carácter obligatorio. Con la Directiva europea sobre divulgación de la información no financiera de 2014, se ha puesto de manifiesto que la información publicada por las empresas no es suficiente para medir, supervisar y gestionar su efecto en la sociedad y el medio ambiente. La Comisión Europea se ha comprometido a revisar la Directiva y, como parte del Pacto Verde Europeo, ha lanzado una consulta pública para avanzar en el proceso. Una revisión que pretende proporcionar datos completos y homogéneos sobre cómo inciden las actividades empresariales en el medio ambiente y en la sociedad, y cómo se tratan los potenciales riesgos de sostenibilidad. Es previsible, dice el informe, que la modificación de la Directiva dé lugar a un mayor desarrollo reglamentario en el futuro que contribuirá a resolver algunas de las dudasrespecto a la aplicación de la ley para que todas las empresas publiquen la información conforme a estándares comunes. Taxonomía verdede la UE El reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre el establecimiento de un marco para facilitar las inversiones sostenibles será otra de las tendencias que marcarán el futuro del reporting. En diciembre de 2019 se aprobó la Taxonomía Europea que proporciona a los inversores y gestores empresariales un lenguaje común para determinar las actividades económicas que pueden ser consideradas sostenibles desde el punto de vista ambiental. Como desarrollo de esta norma, se espera que este junio la Comisión Europea adopte, a través de un acto jurídico delegado, la forma en la que las empresas e inversores deben cumplir con determinadas obligaciones para divulgar información en este ámbito. Y, a principios de 2022, deberán publicarse los primeros informes de las empresas y las declaraciones de los inversores utilizando la Taxonomía de la UE. Median, A. (15 de marzo de 2021). Los asuntos éticos. ambientales y sociales, en el punto de mira. Expansión. pp.10


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