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26 diciembre, 2024
La inversión en intangibles, un motor de la productividad de España
La fundación COTEC, movida por su propósito de impulsar el desarrollo económico y social de España mediante la innovación, ha publicado recientemente la cuarta edición de su informe “La economía intangible en España”, donde analiza la evolución y distribución de la economía intangible en España entre 1995 y 2023.
En un contexto global en el que la digitalización y la innovación actúan como los principales motores del crecimiento económico, el informe se detiene en la tímida posición de España respecto a otros países de su entorno y recorre los desafíos y oportunidades que enfrenta el país para para cerrar brechas territoriales y sectoriales.
El estudio divide los activos intangibles en tres tipos: la información digitalizada (software y bases de datos), la propiedad de la innovación (la investigación, el desarrollo, el diseño y los nuevos productos) y las competencias económicas (la imagen de marca, la formación específica y la estructura organizativa).
El documento, además, pone de relieve los significativos avances realizados en España en inversión en intangibles desde 1995, ya que esta se ha triplicado en dicho periodo. Sin embargo, también señala que el país aparece muy rezagado respecto a otros estados europeos en lo que a inversión de su PIB se refiere. De hecho, se sitúa en la novena posición de los diez países analizados en 2023, superando únicamente a Italia.
La relación entre la inversión en intangibles y la productividad laboral es otra de las cuestiones que centran el informe, que señala que los intangibles demostraron ser más resilientes que los tangibles durante la pandemia, con una caída del 8,5% en 2020, frente al 10,5% de los tangibles. Además, los intangibles lograron una recuperación más rápida, con un crecimiento medio anual entre 2020 y 2023 del 7,1%.
En el apartado interno, España muestra un comportamiento muy desigual en lo que a inversión en intangibles se refiere, con Madrid (11,5% del PIB), Cataluña (8,5%) y Navarra (7,9%) encabezando la tabla y Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana como referentes en el incremento de inversión tras la pandemia. Lamentablemente, los demás territorios del país permanecen rezagados, evidenciando una brecha territorial preocupante.
En cuanto a los sectores, el de servicios privados lidera la inversión en intangibles con más de un 60%, existiendo una enorme brecha entre los sectores privado y público. De hecho, el sector privado invierte en España casi 7 € por cada euro que el público destina a los intangibles. De esta manera, el dato negativo se sitúa en la escasa inversión realizada por el sector público (19.5%) y sectores tradicionales como la Agricultura (6,3%).
Con estos datos, el informe permite poner en valor que el capital intangible ha crecido muy notablemente desde 1995, hasta multiplicarse por 2,6 en la actualidad. Sin embargo, advierte de las enormes diferencias entre territorios y sectores.
Además de un concienzudo análisis de los datos disponibles, el documento de la Fundación Cotec enuncia los siguientes retos para la inversión en intangibles en los próximos años:
- Superar el rezago internacional: España debe aumentar la inversión en intangibles para mejorar la productividad de su economía y mirar cara a cara a los países europeos de su entorno.
- Equilibrar la distribución regional: el país debe apoyar a las comunidades rezagadas para reducir la brecha territorial y equilibrar la balanza económica.
- Impulsar la formación laboral: debe recuperase la inversión en formación de capital humano, ámbito duramente golpeado por la pandemia y que permanece muy lejos de la recuperación.
- Fortalecer el sector público: es necesario que el sector público incremente su papel en la inversión en intangibles para equilibrar esfuerzos con el sector privado y fortalecer la economía.
El estudio, disponible en la página web de la fundación Cotec, demuestra que España ha realizado importantes avances en lo que a inversión en activos intangibles se refiere, pero también alerta sobre la persistencia de retos muy significativos en ámbitos como la composición y distribución territorial de la inversión.
En este contexto, puede concluirse que la consolidación de políticas de fomento para los intangibles se presenta como el elemento clave para mejorar la competitividad y sostenibilidad de la economía española en el largo plazo.