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27 junio, 2025
Liderazgo responsable: TOP 3 de intangibles más importantes
En los últimos años, hemos asistido a una transformación profunda del concepto liderazgo empresarial. En 2020, el concepto de “liderazgo inclusivo” comenzó a posicionarse como una tendencia emergente en las organizaciones. Desde entonces, esta visión ha evolucionado hacia modelos de liderazgo responsables, tendencia que hoy se consolida como una de las prioridades clave para las empresas que buscan generar valor y mantenerse alineadas con las exigencias sociales.
Esta evolución refleja una demanda social creciente: se espera que las empresas —y, especialmente, sus líderes— no solo generen valor económico, sino que también actúen frente a los grandes retos y preocupaciones actuales. La ciudadanía, cada vez más exigente y crítica, reclama una manera de liderar más conectada con la realidad, lo que requiere necesariamente de una escucha activa y un diálogo empático por parte de las organizaciones.
La importancia de este modelo de liderazgo se ve reflejada en los resultados de Approaching the Future 2025, la décima edición del informe elaborado por Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership en colaboración con CANVAS Estrategias Sostenibles. Con una muestra de 2.116 profesionales de empresas en Iberoamérica —de los cuales un 39,3% ocupa posiciones en la alta dirección— y la mirada de un panel de expertos, este estudio anual ofrece una guía sobre las tendencias que marcarán el futuro en la agenda corporativa.
Entre todas ellas, el liderazgo responsable destaca como un tema constante y estructural que, un año más, sigue ganando profundidad y relevancia.
El liderazgo responsable: una tendencia consolidada
Desde hace cinco años, los resultados de Approaching the Future evidencian que el liderazgo responsable figura entre los tres intangibles más importantes para las organizaciones. En la edición de 2025, esta tendencia vuelve a ocupar una posición destacada. Aun con un leve descenso en el ranking general respecto a los resultados de 2024, se mantiene como la prioridad para el 56,5% de los profesionales consultados, lo que confirma su relevancia en el tercer puesto de la agenda empresarial.
Un compromiso creciente desde la alta dirección
Los resultados del informe muestran que esta tendencia resulta especialmente prioritaria para la alta dirección. Un 44,4% de los directivos encuestados afirman que están invirtiendo recursos para fomentar la integridad, la ética y la conducta responsable. Este interés se enmarca en un contexto de desconfianza social generalizada: el 68% de la población a nivel mundial teme que los líderes empresariales mientan.
En este escenario, el papel del liderazgo no solo es necesario, sino decisivo. Se espera que las empresas actúen allí donde tienen competencias reales para intervenir, sobre todo en cuestiones sociales que afectan directamente a los grupos de interés relacionados con la organización. De lo contrario, las empresas corren el riesgo de enfrentar consecuencias negativas, producto de una desconexión entre sus acciones y las expectativas de la población.
Ética, coherencia y conducta: pilares para reconstruir la confianza
Cuando se habla de liderazgo responsable, la integridad, la ética, la coherencia y la conducta responsable aparecen como los ejes fundamentales. Estos pilares permiten reconstruir la confianza en la empresa y tomar decisiones basadas en los valores y principios de la organización.
Como expone el informe, este tipo de liderazgo implica incorporar en los procesos de decisión una mirada ética que permita evaluar no solo el impacto económico, sino también el social, ambiental y humano. En definitiva, se trata de trasladar los valores a las decisiones operativas, y hacerlo de forma sistemática. La conducta responsable es, en última instancia, el resultado y la expresión de una compañía íntegra.
Un liderazgo adaptativo y multistakeholder
En el complejo contexto actual, los líderes tienen la tarea de gestionar tensiones constantes entre intereses que no siempre convergen. En este entorno, se necesita de un tipo de liderazgo que sea adaptativo, y que logre equilibrar y reducir las tensiones entre los diferentes grupos de interés de la organización.
Para gestionar esta complejidad, se vuelve crucial un enfoque multistakeholder, que escuche activamente a los distintos grupos de interés. Esta escucha se convierte en una herramienta estratégica para anticiparse a riesgos, entender mejor los desafíos emergentes y encontrar soluciones más eficaces. Este enfoque posibilita un liderazgo conector, que une lo que ocurre dentro y fuera de la organización, con el objetivo de generar un valor equilibrado y sostenido.
Un enfoque humanista
De igual forma, destaca un tipo de liderazgo con enfoque humanista, que combina la gestión racional con una alta inteligencia emocional. Habilidades como la empatía, la humildad, la autoconciencia o la capacidad de autorreflexión se vuelven indispensables para llevar a cabo un liderazgo responsable, que permita liderar con propósito, inspirar a los empleados y aportar confianza a la sociedad.
Mediante este enfoque, los líderes fomentan entornos abiertos y colaborativos, que facilitan la posibilidad de dar respuestas eficaces a las demandas y expectativas a las que se enfrentan. Este tipo de visión del liderazgo genera un perfil de líder muy diferente al tradicional, basado en una jerarquía muy definida, convirtiéndolo en un rol más cercano, empático y participativo.
Liderazgo responsable para construir legitimidad
Los datos de Approaching the Future 2025 evidencian que el liderazgo responsable es una competencia estratégica para las organizaciones que aspiran a generar valor sostenido. En un entorno social marcado por la incertidumbre y la escasez de confianza, se demanda que los líderes actúen con integridad, escuchen activamente a sus grupos de interés y respondan a los grandes desafíos de forma coherente y comprometida.
Para las empresas, ya no basta con tener un propósito definido: ese propósito debe traducirse en una conducta que sea percibida como auténtica por todos los stakeholders. En este sentido, el liderazgo responsable y consciente asegura que se tomen decisiones coherentes, éticas e íntegras, que permitan generar confianza y construir legitimidad social.
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