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13 diciembre, 2023

Tres deseos y un sentimiento: el origen de lo que esperamos de las empresas

Las empresas e instituciones son al mismo tiempo motor y reflejo de la sociedad, por lo que su supervivencia depende de su adecuado sometimiento a los procesos de transformación que la sociedad impone y experimenta. Esta es una de las conclusiones que pudimos compartir con los asistentes a la Conferencia Anual 2023 de Corporate Excellence.

El estado emocional de la sociedad, sus miedos y anhelos, son los cimientos sobre los que se construye el marco para el desempeño de las grandes empresas, así como el combustible de las expectativas que la sociedad tiene sobre estas. En el panorama actual, enormemente complejo y cambiante, estas expectativas están definidas fundamentalmente por tres sentimientos y un profundo deseo:

1. El primer sentimiento es el de una deshumanización generalizada que avanza de manera imparable en todas las esferas de la vida común.

Vivimos un fenómeno dual: la globalización viraliza problemas y sentimientos por todo el mundo, pero estos polarizan a las sociedades locales al introducir debates que cuestionan o rompen los consensos que antes las unían. De esta manera, se abren grandes brechas entre generaciones, culturas, ideologías, etc. que lesionan la estima por el prójimo. En Occidente, la soledad no deseada es una realidad creciente en todas las franjas de edad y el incremento de afecciones mentales se ha convertido en un problema de salud pública.

En el ámbito tecnológico, la inteligencia artificial irrumpe como un arma de doble filo ante todo tipo de procesos y tareas, lo que hace que, desde el punto de vista humanista, sea percibida como una amenaza por gran parte de la población.

En este contexto, las empresas tienen la oportunidad y la responsabilidad de diferenciarse mediante modelos de negocio centrados en la humanización, en la escucha constante y en tejer relaciones valiosas con las personas y la sociedad.

2. El segundo sentimiento que define el momento actual es el del miedo y la incertidumbre.

En apenas dos décadas, el mundo ha sufrido la gravísima crisis económica tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008, la pandemia global de la Covid-19, que ha cambiado la forma de vida de miles de millones de personas, y el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas. En este último apartado, se han avivado las llamas de la discordia en zonas especialmente sensibles para la marcha de la economía y el progreso mundial, como Europa (la invasión rusa de Ucrania), Oriente Medio (la guerra en Gaza) o Taiwán (donde la tensión entre China y EEUU no para de crecer).

En la esfera interna, los países dan bandazos entre extremos ideológicos y el diálogo es sustituido por discursos incendiarios que despiertan sentimientos de aversión por el contrario, dividiendo a la sociedad entre héroes y villanos.

Ante este marco, las empresas pueden y deben aportar calma y ser impulsoras de la estabilidad y la certeza. Construir el progreso desde el optimismo y la ilusión es una tarea que las organizaciones han de llevar a cabo en aras del bien común y de sus propios resultados.

3. La hipersensibilidad es el tercer sentimiento constituyente de la realidad actual.

Como consecuencia de las situaciones descritas en los puntos anteriores, la sociedad vive en un contexto de perma-crisis, de crisis constante, en un estado de alerta que mueve a la acción sin pararse en la reflexión. Los grupos de interés expresan sus opiniones con mayor virulencia que nunca y cuestiones que antes pasaban desapercibidas son ahora el detonante de ofensas y cruentos debates.

Dado que las instituciones son el reflejo directo de la sociedad a la que representan y están dominadas por esa sensibilidad a flor de piel, que las empresas encuentran un amplio campo de actuación en el que conquistar espacios para la reflexión. Así, las empresas se convierten en espacios de diálogo seguro con los grupos de interés y en adalides de una concordia necesaria para reducir el voltaje de los debates públicos y la cantidad de personas ofendidas.

Como rebelión frente a estos sentimientos negativos, las personas apuestan por seguir adelante con su vida y la de sus allegados, por avanzar en sus proyectos vitales pese a las dificultades del entorno. Hoy en día, el lema de vida más común, como cantan los Strokes -o las Azúcar Moreno con una aproximación más flamenca-, es You only live once. El deseo de exprimir cada instante, de vivir en plenitud y centrarse en uno mismo es el motor vital de la mayoría de las personas.

Las grandes empresas surten de productos y servicios a estas personas, por lo que deben satisfacer sus expectativas. En el centro de las mismas, está que las empresas compartan y aviven esa positividad, esa actitud vital. Esta realidad empodera a las empresas como organizaciones confiables en la transición a un mundo más sostenible que pone al ser humano en el centro.

En este  eBook  que hemos preparado para ti puedes ahondar en todas las conclusiones de nuestra Conferencia Anual sobre la percepción social de las empresas.