Article

08 agosto, 2024

La economía de los intangibles y el valor de la reputación empresarial

El valor de las empresas ya no solo puede medirse única y exclusivamente por sus activos tangibles. En el nuevo ciclo en el que nos encontramos sumergidos, la economía de los intangibles, activos como la reputación empresarial desempeñan un papel crucial en la sostenibilidad de los negocios y en el éxito a largo plazo de las compañías.

En este breve artículo vamos a concentrarnos en la reputación empresarial y en cómo los líderes globalmente están reconociendo su valor fundamental y comprometiéndose cada vez más por una gestión efectiva.

Más allá de lo material

El valor de las empresas está determinado parcialmente por todos sus activos tangibles, como sus activos físicos, su inventario o su nivel de efectivo, pero también está determinado por el valor de intangibles como la reputación, la marca, la cultura y su talento humano.

La diferencia entre la calidad de los productos y servicios de las grandes corporaciones en estos días es casi imperceptible, si pensamos en comida rápida, servicios bancarios o venta de automóviles, el consumidor tiene un buen abanico de oferta. ¿Entonces que influencia su decisión de compra? Para el consumidor informado su decisión de compra está determinada muchas veces por el respaldo que hay detrás de lo que quiere consumir, es decir, la confianza hacia la empresa y la percepción de cómo esta se comporta en la sociedad en la que opera, además de su transparencia para hacer negocios, su ética, su compromiso ambiental y su responsabilidad para operar. De allí que las empresas están reconociendo la necesidad de gestionar proactivamente sus intangibles para mejorar o mantener su posicionamiento en el mercado.

Dentro de los intangibles, la reputación empresarial destaca como el más valioso. Una sólida reputación permite a las empresas diferenciarse competitivamente, las vuelve más atractivas para atraer y retener a sus clientes, socios, inversores y talento; es además un eficaz amortiguador en los momentos adversos, donde solo una reputación sólida permite a las empresas navegar en las aguas turbulentas de una crisis, y donde solo una reputación fuerte les puede garantizar el respaldo y la confianza de los stakeholders en los momentos en los que tienen que salir a reconocer que una situación dura les ha golpeado o que se han equivocado. Hemos visto a lo largo de la historia a las empresas de reputación sólida, levantarse con la frente en alto de los golpes más duros del negocio para seguir adelante.

Es por la importancia que caracteriza a la reputación empresarial que ahora vemos a las empresas estableciendo objetivos claros a través de una estrategia para la gestión eficaz de su reputación, implementando planes de abordaje y relacionamiento con sus stakeholders, abriendo sus puertas para fomentar el diálogo y escuchar proactivamente a sus audiencias de interés, las empresas están reconociendo que los consumidores están cambiando y que se vuelven cada vez menos tolerantes y más exigentes con los comportamientos empresariales.

Dada la relevancia de la reputación corporativa, los líderes modernos están adoptando enfoques más proactivos para gestionarla, comprendiendo que no solo es una preocupación de las relaciones públicas, sino un activo preciado que debe ser cultivado y protegido. No es posible darse el lujo de subestimar su importancia, la reputación empresarial hay que gestionarla. Puede ser el factor decisivo que diferencia a una empresa exitosa y sostenible, de una que lucha por sobrevivir en un mercado cambiante y competitivo.