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Publicado por Unai Admin

18/07/2025

Radiografía ESG de Telefónica: su punto fuerte es lo medioambiental y el débil, lo social

El sector de las telecomunicaciones es uno de los menos representados en el mercado bursátil español. Hasta ahora, con una compañía cotizando en el IBEX 35, Telefónica; y otra, en el Continuo, Euskaltel. Y, en los próximos meses, esa dualidad de opciones va a quedarse en solo una, si sale adelante la oferta pública de adquisición (OPA) del grupo Más Móvil por la compañía de origen vasco. De esta forma, cualquier inversor, incluidos aquellos que prioricen los valores con perfil ESG, sólo tendrán la opción de Telefónica. Más aún teniendo en cuenta que la propia Más Móvil abandonó el selectivo hace relativamente poco, -lo hizo el mes de noviembre-, tras pasar a manos de tres rmas de capital riesgo KKR, Cinven y Providence. De esta forma, se convierte en aún más relevante, de cara a los inversores que busquen una diversicación sectorial de carteras ESG, saber cómo están evolucionando las valoraciones y los rating de la compañía presidida por José María Álvarez Pallete. S&P valora positivamente la sostenibilidad en su negocio De hecho, hace sólo unos días la agencia S&P colocaba bajo su lupa la gestión de la dueña de Movistar en lo relativo a su gestión medioambiental, social y de gobierno corporativo. Y, de entrada, la mejor nota la obtiene en los aspectos ligados a la E de la ESG. Su nota global: un notable, aunque en la franja baja de esta calificación, porque logra un 70 sobre 100. En este examen de S&P, la firma de calificación saca la conclusión global que de que la compañía con sede en Las Tablas está preparada para navegar en un escenario potencial disruptivo. “En línea con otros operadores de telecomunicaciones, anticipamos que va a seguir operando en un entorno que cambie rápidamente”, constata. “La estrategia a largo plazo de la compañía -focalizada en la digitalización, la sostenibilidad y la eficiencia- respaldará su preparación si se ejecuta de manera efectiva”, destaca como aspecto positivo. Además, S&P valora que haya “incorporado la sostenibilidad a su estrategia, operaciones, decisiones de valor y creación de cadena de valor”. La nota más baja de S&P en la S de la ESG Más allá de este positivo análisis global de la ESG de Telefónica, las valoraciones sobre cada uno de esos tres aspectos ahondan en que la nota más baja, con un 64/100, corresponde a los criterios sociales. Esa valoración tiene raíz en el propio sector donde opera la compañía, donde existen visibles riesgos. “Telefónica opera en un sector con una exposición media a los riesgos sociales en comparación a otros sectores. La mayoría de estos riesgos materiales incluyen la privacidad de los datos, la estabilidad de las redes, la gestión del capital humano y la conectividad, especialmente en áreas rurales”, resume S&P. “Los principales paísesdonde opera tienen una exposición limitada a estos riesgos sociales, excepto Brasil, que genera el 20% de sus ingresos”, destaca respecto al peso que tiene el gigante latinoamericano en su balance. También en el terreno de la S de la ESG, la firma de análisis destaca su política de diversidad de género en su plantilla. Ahí, asegura que la proporción de mujeres en el puesto de ‘managers’ ha crecido desde el 20% al 27%, en comparación a 2015; y que el porcentaje global de mujeres empleadas está en el 38%, ligeramente por encima de sus competidores. En cuanto a la representatividad de la mujer en su alta dirección -que ya entra en el terreno del buen gobierno, donde saca una nota de 71/100- S&P apunta a que, al cierre de 2020, ellas ocupaban casi el 30% de los puestos de su consejo de administración, muy por encima del 11% que tenía en 2011, pero lejos de la recomendación del 40% a la que insta la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Reducido impacto ambiental Y, respecto a la gestión medioambiental, donde saca la puntuación más positiva 75/100, la agencia de calificación asume que el sector de las ‘telecos’ es uno de los menos expuestos a los riesgos ambientales. En este sentido, apunta que es una de las compañías de su sector con menos emisiones de efecto invernadero y que, desde 2016, las ha reducido en un 47%, en un periodo donde el tráfico de datos gestionados se ha disparado en un 241%. Pero no sólo S&P tiene en su punto de mira la evolución ESG de Telefónica. Las otras dos grandes familias con calificaciones de sostenibilidad también revisan a la dueña de la marca O2. Por un lado, MSCI, que le otorga una calificación de A. Esta nota hace que, de momento, la operadora se quede fuera del Índice SOCIAL INVESTOR, del que sólo forman parte las compañías con mejores calificaciones que, en el caso de MSCI, conlleva tener una ‘AA’ o ‘AAA’, las dos notas que posicionan a las empresas como líderes de su sector. En este caso, MSCI, considera que Telefónica tiene que mejorar un aspecto ligado al buen gobierno: su conducta corporativa. Por otro, Sustainalytics que sí le otorga una nota con la que podría alcanzar el Índice SI, dado que entiende que tiene una baja exposición a los riesgos ESG, con una puntuación de 18,5. Sin embargo, no llega al ‘top 10’ de su sector según esta firma de análisis, ya que se sitúa en la posición 16 de un universo de 210 empresas de telecomunicaciones revisadas por Sustainalytics. Con estas calificaciones y sus posibles cambios a futuro, Telefónica se queda como única opción ‘teleco’ entre las cotizadas, una vez culmine la OPA de MásMóvil sobre Euskaltel, que va a prorrogarse, al menos, varios meses. De momento, la evolución de Telefónica en el parqué en lo que va de año es positiva. A pesar de que en las dos últimas semanas ha frenado su ‘rally’ alcista, ve más cerca los 4 euros por acción que los 2,2 con los que cerró 2020. Euskaltel alcanza el 40% de mujeres en su consejo de administración En cuanto a la ESG de Euskaltel, dado que es una compañía del Mercado Continuo, se queda fuera del radar de las tres grandes firmas de análisis mencionadas (S&P, MSCI y Sustainalytics). Pero la compañía de origen vasco, que acaba de empezar su desembarco en todo el territorio español bajo la marca Virgin, sí publica su informe anual de sostenibilidad. En él, llama la atención, por ejemplo, que cumple con la recomendación de la CNMV en cuanto al número de mujeres en el consejo de administración, son el 40% (4 de 10 puestos). Sin embargo, en su equipo directivo solo dos de los 18 cargos están ocupados por directivas. Por otro lado, en el terreno medioambiental, destaca que, durante 2020, las emisiones de gases con efecto invernadero totales de Euskaltel fueron de 4.606,22 toneladas equivalentes de CO2, un 72,44% menos que el año previo. Un recorte que achaca a la compra de electricidad renovable. Y, en el terreno social, para este año, Euskaltel tiene previsto desarrollar un protocolo contra la violencia de género y el acoso por razón de sexo. Además, apunta en el informe, que sus nuevos planes de igualdad contemplan “la elaboración de una estadística anual por sexos de todas las medidas de conciliación, para un mejor seguimiento y toma de decisiones”. Unos planes que, previsiblemente, pueden concluir cuando la compañía ya esté bajo el paraguas de MásMóvil. Bolinches, C. (6 de abril de 2021). Radiografía ESG de Telefónica: su punto fuerte es lo medioambiental y el débil, lo social. Social Investor. Recuperado de https://www.socialinvestor.es/


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18/07/2025

Las empresas del Ftse 100 ligan el bonus a criterios de sostenibilidad

Casi la mitad de las empresas del Ftse 100 han vinculado la remuneración de los ejecutivos a los objetivos ambientales, sociales o de gobernanza, por sus siglas en inglés: ESG (Environmental, Social and Governance, en inglés). Un tercio cuentan con un indicador ESG en sus planes de retribución, con una ponderación media del 15% de este pago vinculado al cumplimiento de estos objetivos. Una de cada cinco compañías del Ftse 100 incluye estos objetivos en sus incentivos a largo plazo. Sin embargo, casi la mitad delas medidas de ESG utilizadas para determinar la retribución de un CEO no se consideran “materiales” para el valor de los accionistas, según un informe de London Business School y PwC. El informe utiliza medidas de “materialidad” establecidas por el Consejo de Normas de Contabilidad de la Sostenibilidad, el organismo independiente que establece las normas. Tom Gosling, miembro ejecutivo del Centro de Gobierno Corporativo de la London Business School, asegura que esto es “sorprendente”, y agrega que “será interesante ver cómo se desarrolla con el tiempo, ya que la mayoría de los inversores están dejando claro que esperan que las actividades de ESG de las empresas se centren en las áreas que contribuyen al valor para los accionistas alargo plazo”. El factor más utilizado para las bonificaciones se basa en objetivos sociales como la diversidad y la participación de los empleados, mientras que, en el caso de los incentivos a largo plazo, el medio ambiente es el protagonista. Medio ambiente Según el informe, los objetivos de ESG están pasando de áreas tradicionales como la participación de los empleados a aspectos relacionados con el medio ambiente, la sostenibilidad y la diversidad. El estudio analiza la retribución en los informes anuales del Ftse 100 publicados en 2020 y calcula que un 45% de las empresas utilizan medidas ESG para el pago, unaumento de alrededor del 10% en comparación con 2019. Los inversores exigen cada vez más que los directivos incorporen objetivos de ESG para pagarles el bonus, y que el comportamiento de las empresas hacia dichos objetivos no financieros se estipule en las juntas anuales de este año. Muchas empresas han comenzado a celebrar jornadas de inversores específicas para elaborar sus planes de ESG. Phillippa O’Connor, responsable de retribución y empleo en PwC, asegura que hay “gran interés de los inversores y las empresas por vincular la remuneración ejecutiva con los objetivos de ESG”. Los aspectos que más preocupan a la sociedad, como el clima, la inclusión y la diversidad, reflejan la visión más amplia de las empresas de “responsabilidad con las partes interesadas, según lo exige el Código de Gobierno Corporativo del Reino Unido y la Ley de Sociedades”, añade. Gestora activista Cevian Capital, la gestora de fondos activista, explicó el mes pasado que todas las empresas europeas cotizadas en las que invierte deben incorporar criterios de ESG a los salarios de los ejecutivos. El grupo sueco cree que estos deberían ser transparentes, y que los factores ESG son importantes para proteger y crear valor para los accionistas y las partes interesadas. Sin embargo, los inversores siguen preocupados por la forma en que las empresas miden los objetivos ESG utilizando elementos que no están claramente definidos. Tom Gosling asegura que las empresas no deberían incluir automáticamente objetivos de ESG en la remuneración sin más: “Hay muchas dificultades prácticas y existe la posibilidad de consecuencias no deseadas”. Le preocupa que haya “incentivos distorsionados y problemas de valoración”. Thomas, D. (24 de marzo de 2021). Las empresas del Ftsa 100 ligan el bonus a criterios de sostenibilidad. Expansión. pp. 22


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05/08/2025

¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín?

Se calcula que hay alrededor de 600 indicadores (KPI) sobre criterios de sostenibilidad, los llamados ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). Pero cuando se trata de inversiones, estrategias, valoraciones o exigencias regulatorias que afectan a cientos de miles de millones de euros –solo para cumplir la Agenda 2030 la Comisión Europea lo cifra en 300.000 millones anuales–, las empresas y los inversores empiezan a pedir cada vez con más insistencia claridad y criterios claros. Será “difícil” que la banca financie proyectos relacionados con el cambio climático si no existen unas normas claras que especifiquen qué se puede considerar inversiones “verdes”, advierte Ana Botín, presidenta de Santander, que reclama la concreción de una “taxonomía” que determine la financiación sostenible para lograr una transición real a la economía verde. En su opinión: “Necesitamos un lenguaje y un marco común y global para poder tener clara la hoja de ruta que nos permita reportar de forma homogénea y más transparente, para abordar los retos y aprovechar las oportunidades que existen para transformarnos”. Financiación verde ¿Y qué supone esa taxonomía? Tras aporbarse el Plan de Acción para Financiar el Desarrollo Sostenible –que persigue reorientar los flujos de capital hacia una economía más sostenible; integrar la sostenibilidad en la gestión de los riesgos, y fomentar la transparencia y el largo plazo–, la UE se ha propuesto el establecimiento de unos criterios comunes (taxonomía) sobre activos sostenibles como un paso clave para extender la financiación verde. Existe un grupo técnico de expertos sobre finanzas sostenibles (Technical Expert Group on Sustainable Finance), que se creó para proporcionar asistencia en las iniciativas de la Comisión Europea. En una primera fase la taxonomía tratará de la ‘E’ de los criterios ESG (los medioambientales). En paralelo, este mes ha entrado en vigor el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) con el fin de hacer más clara la información financiera sostenible. En concreto, su artículo 8 se refiere a los fondos que promueven las características ESG en su proceso de inversión. El artículo 9 incluye los fondos que tienen un objetivo o impacto sostenible. Existe un enorme interés por unificar criterios que permitan medir qué es realmente verde y sostenible, separándolo del llamado greenwashing, término acuñado para aquellas propuestas que simulan ser respetuosas con el medio ambiente y en realidad no lo son o de las que dañan otros objetivos de sostenibilidad. Poner a todos de acuerdo en busca de una taxonomía no es fácil. Thomas Buberl, director ejecutivo de Axa, advierte que “un francés siempre diría que lo nuclear es verde, pero un alemán que haya votado a favor de salir de la energía nuclear probablemente no lo acepte”. Otro ejemplo, lo primero que se va sabiendo en relación con las hipotecas verdes no parece ser del agrado de la banca. Voces autorizadas Por difícil que resulte, son muchas las voces autorizadas que reclaman un estándar global, entre ellas las del director gerente del Banco Mundial, Axel Van Trotsenburg, o el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. Alberto Castilla, socio responsable de Sostenibilidad en EY, explica que “hace 6.000 años se usaban tablillas de barro para el comercio de ganado y en 1934 nacieron las normas de contabilidad; hoy es necesario alcanzar una taxonomía aceptada por todos sobre sostenibilidad”. La vicepresidenta Nadia Calviño asegura que España necesitará 236.000 millones de euros en diez años de financiación pública y privada para afrontar los desafíos del cambio climático. Para llevarlos a buen fin, ella también apunta a la taxonomía como pilar fundamental. Biurrun, P. (24 de marzo de 2021). ¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín? Expansión. pp. 21


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05/08/2025

¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín?

Se calcula que hay alrededor de 600 indicadores (KPI) sobre criterios de sostenibilidad, los llamados ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). Pero cuando se trata de inversiones, estrategias, valoraciones o exigencias regulatorias que afectan a cientos de miles de millones de euros –solo para cumplir la Agenda 2030 la Comisión Europea lo cifra en 300.000 millones anuales–, las empresas y los inversores empiezan a pedir cada vez con más insistencia claridad y criterios claros. Será “difícil” que la banca financie proyectos relacionados con el cambio climático si no existen unas normas claras que especifiquen qué se puede considerar inversiones “verdes”, advierte Ana Botín, presidenta de Santander, que reclama la concreción de una “taxonomía” que determine la financiación sostenible para lograr una transición real a la economía verde. En su opinión: “Necesitamos un lenguaje y un marco común y global para poder tener clara la hoja de ruta que nos permita reportar de forma homogénea y más transparente, para abordar los retos y aprovechar las oportunidades que existen para transformarnos”. Financiación verde ¿Y qué supone esa taxonomía? Tras aporbarse el Plan de Acción para Financiar el Desarrollo Sostenible –que persigue reorientar los flujos de capital hacia una economía más sostenible; integrar la sostenibilidad en la gestión de los riesgos, y fomentar la transparencia y el largo plazo–, la UE se ha propuesto el establecimiento de unos criterios comunes (taxonomía) sobre activos sostenibles como un paso clave para extender la financiación verde. Existe un grupo técnico de expertos sobre finanzas sostenibles (Technical Expert Group on Sustainable Finance), que se creó para proporcionar asistencia en las iniciativas de la Comisión Europea. En una primera fase la taxonomía tratará de la ‘E’ de los criterios ESG (los medioambientales). En paralelo, este mes ha ¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín? EXIGENCIA LEGAL/ Cada día son más las normas que exigen a las empresas aplicar criterios de sostenibilidad, pero la falta de claridad y homogeneidad sobre dichas exigencias daña la competencia y dificulta cumplirlas. Ana Botín, presidenta de Banco Santander, ha pedido en repetidas ocasiones que se estipule una taxonomía de qué es y qué no es verde o sostenible. entrado en vigor el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) con el fin de hacer más clara la información financiera sostenible. En concreto, su artículo 8 se refiere a los fondos que promueven las características ESG en su proceso de inversión. El artículo 9 incluye los fondos que tienen un objetivo o impacto sostenible. Existe un enorme interés por unificar criterios que permitan medir qué es realmente verde y sostenible, separándolo del llamado greenwashing, término acuñado para aquellas propuestas que simulan ser respetuosas con el medio ambiente y en realidad no lo son o de las que dañan otros objetivos de sostenibilidad. Poner a todos de acuerdo en busca de una taxonomía no es fácil. Thomas Buberl, director ejecutivo de Axa, advierte que “un francés siempre diría que lo nuclear es verde, pero un alemán que haya votado a favor de salir de la energía nuclear probablemente no lo acepte”. Otro ejemplo, lo primero que se va sabiendo en relación con las hipotecas verdes no parece ser del agrado de la banca (ver pág. 25). Voces autorizadas Por difícil que resulte, son muchas las voces autorizadas que reclaman un estándar global, entre ellas las del director gerente del Banco Mundial, Axel Van Trotsenburg, o el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. Alberto Castilla, socio responsable de Sostenibilidad en EY, explica que “hace 6.000 años se usaban tablillas de barro para el comercio de ganado y en 1934 nacieron las normas de contabilidad; hoy es necesario alcanzar una taxonomía aceptada por todos sobre sostenibilidad”. La vicepresidenta Nadia Calviño asegura que España necesitará 236.000 millones de euros en diez años de financiación pública y privada para afrontar los desafíos del cambio climático. Para llevarlos a buen fin, ella también apunta a la taxonomía como pilar fundamental. Biurrun, P. (24 de marzo de 2021), ¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín?, Expansión, pp 21.


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05/08/2025

¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín?

Se calcula que hay alrededor de 600 indicadores (KPI) sobre criterios de sostenibilidad, los llamados ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). Pero cuando se trata de inversiones, estrategias, valoraciones o exigencias regulatorias que afectan a cientos de miles de millones de euros –solo para cumplir la Agenda 2030 la Comisión Europea lo cifra en 300.000 millones anuales–, las empresas y los inversores empiezan a pedir cada vez con más insistencia claridad y criterios claros. Será “difícil” que la banca financie proyectos relacionados con el cambio climático si no existen unas normas claras que especifiquen qué se puede considerar inversiones “verdes”, advierte Ana Botín, presidenta de Santander, que reclama la concreción de una “taxonomía” que determine la financiación sostenible para lograr una transición real a la economía verde. En su opinión: “Necesitamos un lenguaje y un marco común y global para poder tener clara la hoja de ruta que nos permita reportar de forma homogénea y más transparente, para abordar los retos y aprovechar las oportunidades que existen para transformarnos”. Financiación verde ¿Y qué supone esa taxonomía? Tras aporbarse el Plan de Acción para Financiar el Desarrollo Sostenible –que persigue reorientar los flujos de capital hacia una economía más sostenible; integrar la sostenibilidad en la gestión de los riesgos, y fomentar la transparencia y el largo plazo–, la UE se ha propuesto el establecimiento de unos criterios comunes (taxonomía) sobre activos sostenibles como un paso clave para extender la financiación verde. Existe un grupo técnico de expertos sobre finanzas sostenibles (Technical Expert Group on Sustainable Finance), que se creó para proporcionar asistencia en las iniciativas de la Comisión Europea. En una primera fase la taxonomía tratará de la ‘E’ de los criterios ESG (los medioambientales). En paralelo, este mes ha ¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín? EXIGENCIA LEGAL/ Cada día son más las normas que exigen a las empresas aplicar criterios de sostenibilidad, pero la falta de claridad y homogeneidad sobre dichas exigencias daña la competencia y dificulta cumplirlas. Ana Botín, presidenta de Banco Santander, ha pedido en repetidas ocasiones que se estipule una taxonomía de qué es y qué no es verde o sostenible. entrado en vigor el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) con el fin de hacer más clara la información financiera sostenible. En concreto, su artículo 8 se refiere a los fondos que promueven las características ESG en su proceso de inversión. El artículo 9 incluye los fondos que tienen un objetivo o impacto sostenible. Existe un enorme interés por unificar criterios que permitan medir qué es realmente verde y sostenible, separándolo del llamado greenwashing, término acuñado para aquellas propuestas que simulan ser respetuosas con el medio ambiente y en realidad no lo son o de las que dañan otros objetivos de sostenibilidad. Poner a todos de acuerdo en busca de una taxonomía no es fácil. Thomas Buberl, director ejecutivo de Axa, advierte que “un francés siempre diría que lo nuclear es verde, pero un alemán que haya votado a favor de salir de la energía nuclear probablemente no lo acepte”. Otro ejemplo, lo primero que se va sabiendo en relación con las hipotecas verdes no parece ser del agrado de la banca. Voces autorizadas Por difícil que resulte, son muchas las voces autorizadas que reclaman un estándar global, entre ellas las del director gerente del Banco Mundial, Axel Van Trotsenburg, o el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. Alberto Castilla, socio responsable de Sostenibilidad en EY, explica que “hace 6.000 años se usaban tablillas de barro para el comercio de ganado y en 1934 nacieron las normas de contabilidad; hoy es necesario alcanzar una taxonomía aceptada por todos sobre sostenibilidad”. La vicepresidenta Nadia Calviño asegura que España necesitará 236.000 millones de euros en diez años de financiación pública y privada para afrontar los desafíos del cambio climático. Para llevarlos a buen fin, ella también apunta a la taxonomía como pilar fundamental. Biurrum, P. (24 de marzo de 2021). ¿En qué consiste la taxonomía verde que reclama Ana Botín? Expansión. pp. 21


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18/07/2025

Capitalismo indomable

Numerosos estudios vinculan las raíces de la actual pandemia con el modelo económico dominante depredador del medioambiente y la biodiversidad, que deteriora las condiciones de vida y la salud. La necesidad de reconducir la deriva insostenible del capitalismo ya había sido advertida desde dentro del mismo sistema. En 2019 la asociación empresarial estadounidense Business Roundtable sorprendió con una solemne declaración en la que abogaba por sustituir la maximización de los beneficios para los accionistas como fin prioritario de las empresas por unos objetivos más amplios, que incluían proteger el medioambiente, compensar debidamente a los trabajadores y tratar justamente a proveedores y consumidores. Hasta ahora, el resultado de tan piadosas intenciones del documento firmado por más de 180 directivos de las principales corporaciones mundiales, ha quedado en buenos propósitos. Los acontecimientos ocurridos recientemente en Francia, con el despido de Emmanuel Faber, presidente y consejero delegado de Danone, más bien ponen de relieve las dificultades del capitalismo para autorregularse y cumplir unos fines más responsables. Danone, nacida en Barcelona en 1919, es una de las empresas de alimentación más grandes del mundo, que desde los años setenta había incorporado el compromiso social a sus objetivos. El pasado junio reforzó su responsabilidad social al convertirse en una “empresa con misión o propósito”, afirmando que no solo buscaba beneficios para sus accionistas, sino también la salud para sus clientes y el planeta. Faber, impulsor y referente del nuevo modelo empresarial, se redujo el sueldo en un 30%, en coherencia con su discurso. La nueva filosofía tropezó, sin embargo, con los intereses de dos activos fondos de inversión que, con un 3% del capital, han presionado hasta lograr su destitución. El descontento provenía de la menor revalorización de las acciones de Danone, que desde 2014 habían ganado un 14%, muy por debajo de Nestlé (43%) y Unilever (55%). La responsabilidad social y medioambiental de las empresas tiene su talón de Aquiles en la voluntariedad de las medidas. En febrero el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que advertía de los límites de las normas voluntarias porque “no han logrado avances significativos en la prevención del menoscabo de los derechos humanos y del medio ambiente, ni en la habilitación del acceso a la justicia”. Los eurodiputados consideran que “la Unión debe adoptar con urgencia requisitos vinculantes” para que las empresas “corrijan los impactos adversos potenciales o efectivos sobre los derechos humanos, el medio ambiente y la buena gobernanza”. Los fondos europeos pueden ser una palanca decisiva para exigir un comportamiento decente a las empresas antes de soltar un euro. El capitalismo es indomable si no hay voluntad política de regularlo. Missé, A. (22 de marzo de 2021). Capitalismo indomable. El País. pp. 42


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18/07/2025

Las empresas con propósito mejoran un 83% su reputación con empleados y un 69,5% con clientes

Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership analiza junto a BlackRock, Ksapa y Kirishu las características de la empresa con futuro y la correlación entre propósito y reputación resulta fortalecida. El aseguramiento de la actividad, el mantenimiento de los puestos de trabajo, el compromiso con los empleados, la adaptación al teletrabajo o la colaboración con otras organizaciones serán claves en la reactivación pos-Covid. Las empresas con propósito presentan mayor capacidad de respuesta en términos de gestión, transformación y compromiso. Así se refleja en las conclusiones del informe ‘La empresa en el mundo post COVID-19’ elaborado por Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership en alianza con Kirishu, consultora especializada en sostenibilidad y reputación, que identifica los aspectos prioritarios del modelo de empresa con futuro y que ofrece una hoja de ruta para aquellas organizaciones que quieran reforzar su posición de liderazgo, reputación y confianza.La pandemia ha puesto a prueba el compromiso de las empresas con la sociedad y ha servido para medir y evaluar su propósito, el grado de implantación y la articulación del mismo. Según los resultados del estudio, en el que han participado 190 empresas: 7 de cada 10 entidades cuentan con un propósito definido, pero solo 4 de cada 10 lo tiene activado. A su vez, el 54% declara que busca el equilibrio entre el beneficio para el accionista y la generación de valor para la sociedad.El estudio demuestra que la correlación entre el propósito y reputación se ve fortalecida, ya que las compañías con propósito definido y activado, declaran una mejora de la reputación entre empleados del 83%, un 69,5% en clientes, un 52% en sociedad, un 44% en proveedores y, finalmente, un 42% en el caso de accionistas e inversores. Ángel Alloza, CEO Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership, valora que uno de los principales hallazgos del modelo de empresa con futuro está en comprender “que el propósito corporativo actúa como catalizador de las actuaciones y decisiones de las organizaciones, aportando agilidad, autenticidad y coherencia”. El nuevo contexto pone en valor la importancia de impulsar empresas más responsables y auténticas, que asumen compromisos y presentan soluciones relevantes y comportamientos adecuados.En este sentido, Aitor Jauregui, responsable para BlackRock en España, Portugal y Andorra, que ha participado en el acto de lanzamiento del modelo empresa con futuro, ha apuntado que “tal y como destacaba nuestro CEO, Larry Fink, en sus cartas anuales, la transición climática representa una oportunidad de inversión histórica y no hay ninguna empresa cuyo modelo de negocio no se vea profundamente afectado por la sostenibilidad, el cambio climático y la inevitable y urgente transición hacia una economía de cero emisiones netas en 2050. En BlackRock somos plenamente conscientes de esta realidad y por eso hemos hecho de la sostenibilidad el eje de todas nuestras decisiones, por lo que nos sentimos muy orgullosos de liderar un compromiso que tiene como objetivo crear un mundo mejor y más sostenible en el largo plazo”. Características de la empresa con futuroEl modelo de empresa con futuro es aplicable a cualquier compañía, con independencia de su nacionalidad, tamaño y sector, y pone en valor las actuaciones realizadas por las empresas para hacer frente a la recuperación tras la irrupción de COVID-19. Los resultados muestran la intensidad de las actuaciones desarrolladas por las organizaciones en tres ámbitos, gestión, transformación y colaboración/compromiso, al tiempo que se presentan los aspectos clave de la empresa con futuro.Para Susana Gallego y Silvia Guzmán, socias fundadoras de Kirishu, “la situación que hemos vivido pone de manifiesto la necesidad de contar con una visión integrada de todas las capacidades y esfuerzos que la compañía está poniendo en práctica para responder a los riesgos y demandas de un entorno cada vez más complejo e incierto. Este modelo permite identificar las principales palancas de valor de las empresas y las tendencias a futuro”.En concreto, estas capacidades empresariales clave pueden resumirse en: La capacidad de gestión destaca como principal aspecto para el modelo de empresa con futuro, superando en 8 puntos a la capacidad de transformación y en 14,2 a la capacidad de compromiso y colaboración. De las dimensiones que componen esta capacidad destacan Compromiso con Empleados (79,9) y Comunicación y Marketing (70,8) como la más relevante a futuro. En concreto, y en relación con el cuidado de los empleados destaca la seguridad y salud de empleados (89,1) y el mantenimiento de los puestos de trabajo (82,1) como los atributos más significativos. La comunicación adquiere relevancia en el modelo de empresa con futuro, destacando el rol estratégico de la comunicación interna (81,6) y la comunicación con clientes (78,5). La capacidad de transformación es el segundo factor más relevante en términos de capacidades distintivas futuras. En este ámbito, se observa cómo las palancas de futuro se reparten de forma equilibrada en las tres dimensiones que la componen. Sin embargo, destaca el futuro del trabajo (78,1) como el aspecto prioritario para la gestión a futuro. Seguidos de los atributos impulso de los valores corporativos (68.4), acompañado de innovación en productos y servicios (65,4). La capacidad de compromiso y colaboración, que muestra el esfuerzo de las empresas para poner sus recursos al servicio de sus grupos de interés y de la sociedad, es el tercer factor más relevante para la construcción de reputación, confianza y resiliencia a futuro. La dimensión que destaca como clave es el compromiso social (56), aunque durante los primeros meses de la pandemia la más relevante en cuanto a intensidad en esfuerzos y recursos fue la colaboración con otras organizaciones. Se observa cómo las palancas clave para el modelo de empresa con futuro recaen en los atributos diálogo con grupos de interés (63,7), la gestión del riesgo reputacional (62,5), la colaboración con entidades públicas (62,1) y el fortalecimiento de la ética y de la transparencia (61,5). Todos ellos con una intensidad superior al 60 %, lo que evidencia la buena salud de las compañías en gestión de intangibles. “Independientemente de la incertidumbre actual y de políticas de reducción de costes de corto plazo que amenazan con dejar en suspenso la acción corporativa, transiciones justas y sostenibles no podrían ser más oportunas. La excelencia en la gestión socioambiental requiere adaptación y anticipar los cambios normativos de gran calado para hacer frente a los grandes retos de futuro y sostener la creación de valor a largo plazo”, ha afirmado Farid Baddache, CEO Ksapa, durante la presentación del modelo de empresa con futuro. Toda la información en empresaconfuturo.com


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18/07/2025

El rol del responsable de comunicación e intangibles, clave para la nueva normalidad

El Chief Communications Officer: un nuevo rol estratégico para las organizaciones con futuro Las compañías capaces de generar valor equilibrado para todos sus grupos de interés a gran escala para la sociedad son las que gestionan de forma excelente su reputación, marca, comunicación y, en general, todos sus activos intangibles. Concluye la 8.ª edición del programa de formación en gestión de intangibles The Global CCO El 50 % del valor de una organización reside en sus intangibles, alcanzando el 80 % en algunos sectores de actividad, pero ¿están preparadas las organizaciones para liderar con éxito este nuevo escenario? Este es el motivo del nacimiento del programa de formación ejecutiva The Global CCO, la gestión estratégica de la reputación, marca y comunicación, creado hace ocho años por Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y ESADE Business School para cubrir una necesidad que la irrupción de COVID-19 ha acelerado aún más: crear y fortalecer el perfil que dirige la gestión global de los intangibles. “La pandemia ha acabado con muchas de las barreras físicas del mundo que conocíamos y ha hecho aún más valiosa la gestión de los intangibles. Las organizaciones que sepan gestionar su reputación, su marca, su comunicación y, en general, todos sus activos intangibles van a ser capaces de generar enorme valor para la sociedad. Estas compañías son las que van a formar parte de la solución de los grandes retos del futuro”, ha asegurado Eduardo Navarro, presidente de Corporate Excellence - Centre for Reputation Leadership y Director de Estrategia y Asuntos Corporativos de Telefónica en el coloquio virtual de clausura del tercer y último módulo del programa titulado “Liderazgo estratégico para la economía de los intangibles”. El acto de clausura de esta Edición Especial Online del Programa contó también con la participación de María Luisa Martínez, vicepresidenta de Corporate Excellence - Centre for Reputation Leadership y Directora Ejecutiva de Comunicación, RRII, Marca y RSC de CaixaBank, que enfatizó que “la nueva economía de los intangibles no tiene vuelta atrás y requiere de profesionales que no solo sepan comunicar bien, sino que sean capaces de construir un relato de marca sólido, evitar riesgos reputacionales y construir relaciones de confianza a largo plazo con distintos grupos de interés. Desde mi experiencia, también como antigua alumna del programa, creo firmemente que los conocimientos adquiridos en el mismo son claves para responder con éxito a los retos de este nuevo entorno”. Ambos directivos, que protagonizaron un coloquio virtual con los alumnos del programa y profundizaron en los grandes retos para las empresas en el nuevo contexto COVID-19 y concretamente en el rol tan decisivo de la función del dircom y director de intangibles. 155 profesionales ya han pasado por las aulas de The CCO o Global Chief Communication Officer para formarse en uno de los roles más demandados durante la pandemia. “La gestión empresarial se encuentra en un punto de inflexión y de búsqueda de rápida adaptación a cambios que se aceleran sin precedentes. Los intangibles tienen la función de garantizar la supervivencia de todo proyecto empresarial en tiempos turbulentos y se observa cómo las organizaciones con buena reputación, un propósito bien implementado, activado y comunicado, que además integran en su toma de decisiones las expectativas de sus stakeholders, están siendo capaces de reaccionar de manera ágil y minimizar el impacto de la crisis a nivel reputacional y económico”, explica Ángel Alloza, CEO Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y co-director del programa. Resiliencia, reputación y confianza en un mundo digitalizado, con entornos sociales, geopolíticos y económicos complejos, son los grandes retos a los que el CCO debe dar respuesta. Sus aptitudes, conocimientos y capacidades ofrecen las claves para ganarse la licencia social para operar, mitigar los riesgos ante futuras crisis y ser el líder que conecte empresa y sociedad, en la nueva «economía de los intangibles». Oportunidades para un nuevo perfil de liderazgo El programa que ya prepara su 9ª edición permite a los directivos, a través de tres módulos intensivos repartidos en un año, formarse en todo lo que necesitan saber para aprovechar la oportunidad única que ofrece el nuevo contexto: la carrera por merecer la confianza social puesta ahora en las organizaciones. Según revelan los resultados del Barómetro de Confianza de Edelman 2021, por primera vez en los 21 años de este estudio sobre el estado global de la confianza, las empresas son las instituciones que despiertan más confianza (61%), seguidas de las ONG (57 %), los gobiernos (53 %) y los medios (51 %). Se observa, además, que el sector empresarial es la única institución considerada ética y competente, superando también al gobierno en puntos en cuanto a competencia y acercándose a las ONG en materia de ética. Vistas como parte de la solución, las empresas han demostrado que pueden liderar cuestiones sociales con compromiso, generosidad y responsabilidad. Gestionar una compañía de manera de integrada, inteligente y aportando valor a la organización y los distintos grupos de interés, es posible. Pero requiere de líderes con los conocimientos, capacidades y habilidades para ello. De ahí la necesidad de formarse en este campo y abordar el nuevo paradigma de la gestión de los intangibles. Sobre The Global CCO The Global CCO y la gestión estratégica de la reputación, marca y comunicación es un programa ejecutivo y online creado por y para directores de intangibles, así como por referentes académicos, en la revolución invisible que está transformando el mundo corporativo. Cubre la necesidad prioritaria de contar con expertos en gestión integrada de intangibles para el fortalecimiento de la reputación corporativa, la resiliencia y la confianza, en un entorno marcado por la irrupción del nuevo mundo BANI, frágil (brittle), ansioso (anxious), no lineal (non-linear) e incomprensible (incomprehensible). Todos los cambios sucedidos en el último año, responden a una aceleración de tendencias que ya se venían observando y que han puesto sobre la mesa temas como el capitalismo de stakeholders, el propósito o la gestión de los temas ESG, cuya aplicación será imprescindible en este nuevo ciclo, ya que los inversores premiarán a aquellas compañías capaces de abrazar todos estos cambios. La razón de ser de este programa es abordar las tendencias, dar las claves para su implementación excelente y rápida y, en definitiva, aportar todo el conocimiento avanzado en gestión de intangibles.


Publicado por Unai Admin

18/07/2025

Nace The Global PR & Communication Model: propósito como centro de la toma de decisiones a futuro

Corporate Excellence lanza junto a Global Alliance “The Global PR & Communication Model 2021”, una nueva hoja de ruta que define el futuro de la comunicación y la gestión de intangibles Guía práctica para ayudar a las organizaciones y profesionales a conseguir los aspectos más relevantes para operar en el mundo post COVID-19: diferenciación, reputación, confianza y legitimidad social Construido con la participación de una red de 1.400 profesionales en 46 países de 5 regiones Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership en colaboración con Global Alliance for Public Relations and Communication Management ha lanzado The Global PR and Communication Model 2021, una nueva hoja de ruta que define el futuro de la comunicación y la gestión de intangibles.El modelo está estructurado en torno a 5 pilares estratégicos o “Building Blocks” que generan y protegen la generación de valor en el mundo actual: propósito corporativo, marca y cultura corporativa, reputación y riesgos reputacionales, comunicación estratégica y sistemas de inteligencia y medición de activos intangibles. Estos pilares o “Building Blocks” permiten a las organizaciones lograr diferenciación, engagement, recomendación auténtica, confianza y la legitimidad social que necesitan para mantener su licencia para operar. La investigación desvela que la definición y activación del propósito corporativo es una pieza fundamental para garantizar la excelencia en la gestión de los intangibles estratégicos, siendo un factor determinante que impacta en todos los pilares del modelo: marca, cultura, reputación y comunicación. No obstante, y aunque el 97,4 % de los profesionales asegura que impulsar el propósito corporativo es clave y el 83,8 % confirma que su organización ya lo ha definido, solo la mitad (51 %) lo ha activado e implementado. La investigación demuestra, a su vez, que la probabilidad de que el responsable de PR y Comunicación participe en las decisiones estratégicas y forme parte del comité directivo es mayor si lidera el proceso de definición e implantación del propósito y si el método seleccionado para su construcción ha sido participativo y no siguiendo metodologías clásicas “top-down”. En concreto, cuando ambas condiciones se cumplen la probabilidad de participar en la toma de decisiones de alto nivel asciende al 73,4 %.A su vez, se observa que cuando el responsable de PR y Comunicación no lidera el proceso de definición e implementación del propósito, y cuando el método que prevalece es el tradicional arriba-abajo, cae hasta un 50 % la probabilidad de que este profesional sea incorporado como miembro activo de los comités directivos.En términos generales, la evaluación de la gestión de la marca en las organizaciones obtiene una puntuación moderada (5,22 sobre 7) así como en el caso de la cultura (5,26 sobre 7), y la reputación (5,14 sobre 7). Y con mejores puntuaciones en la gestión de la comunicación (5,67 sobre 7). Siendo las regiones de Asia y Estados Unidos las que lideran estos datos en todos los casos, y desvelándose que el área que necesita ser más trabajada o reforzada es la de reputación corporativa. “El desarrollo del modelo ha contado con la participación de 1.400 profesionales en 46 países de 5 regiones de todo el mundo, en lo que ha sido una de las investigaciones de referencia a escala global sobre el presente y el futuro del valor de las relaciones públicas y la gestión de las comunicación y los intangibles”, asegura Justin Green, presidente de Global Alliance.La diversidad de funciones que se engloban bajo el área de PR y Comunicación es amplia, pero según los datos que arroja la investigación, son la gestión de la reputación, el riesgo reputacional y la cultura corporativa las funciones que determinan la presencia o no en el C-Suite. Fortalecer la reputación corporativa y construir confianza (5,77 sobre 7) y generar legitimidad para operar (5,76), junto a las prácticas éticas (5,75) son los principales asuntos clave para el modelo de empresa del futuro, según los profesionales consultados. La sostenibilidad y el negocio responsable crecen también en importancia y se citan entre los grandes retos a los que se enfrentan las organizaciones. Tanto es así, que se trata del segundo aspecto más importante dentro del mapa de dimensiones que construyen o destruyen la reputación corporativa, según explica la investigación.“El mundo se encuentra en un periodo de completa transformación debido al crecimiento de los intangibles en el valor empresarial, por lo que necesitábamos un nuevo marco de gestión que tomase la reputación y los activos y recursos intangibles como foco principal” afirma Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence - Centre for Reputation Leadership y Academic & Research Director de Global Alliance. Según Alloza, y quien ha liderado este proyecto, “el Modelo debe entenderse como una guía práctica para ayudar a las organizaciones y profesionales a alcanzar los elementos más relevantes y necesarios para operar en el siglo XXI: lograr una diferenciación duradera, construir una sólida reputación y consolidar la confianza con los grupos de interés, lo que significa, en consecuencia, ampliar su licencia para operar”.“Con el desarrollo de este modelo Global Alliance está siendo fiel a su misión: crear estándares globales para elevar la profesión”, asegura José Manuel Velasco, Immediate Past Chair Global Alliance y miembro del grupo de trabajo del proyecto. “El Modelo mira hacia el futuro de nuestra función ofreciendo las claves para situarla en los comités directivos y en los procesos de toma de decisiones”, explica Velasco. Para José Antonio Llorente, fundador y presidente de LLYC, compañía que participa en el proyecto como “Sponsor Contribution”, “The Global PR and Communication Model ayuda a los profesionales a navegar en la nueva normalidad con el conocimiento y las herramientas necesarias para gestionar los intangibles de forma eficiente y eficaz, demostrando el rol de los mismos a las generación y protección de valor empresarial”.El modelo consolida Los Acuerdos Estocolmo (2010) y el Mandato de Melbourne (2012) e integra los resultados y conclusiones del Global Capability Framework desarrollado por Global Alliance en colaboración con la Universidad de Huddersfield (UK) en 2018. El proyecto, cuya investigación y diseño ha sido liderado por Corporate Excellence, se ha desarrollado durante los últimos 18 meses a partir de una investigación cualitativa y cuantitativa. Para el análisis de los resultados se han aplicado técnicas estadísticas y modelos matemáticos avanzados. El equipo de investigación ha sido liderado por Ángel Alloza, CEO Corporate Excellence - Centre for Reputation Leadership, Enrique Carreras, Miembro del Comité Científico de Corporate Excellence y experto en modelos matemáticos avanzados y Clara Fontán, Director of Intelligence & Knowledge en Corporate Excellence.


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